Usted se ha puesto a pensar qué pasaría si fuéramos los hombres los que nos quedáramos embarazados?
Dicen que la población está envejeciendo.
Que nuestros países necesitan niños !
Pues no es por culpa de las mujeres, ellas ya hacen lo que pueden, de hecho las mujeres dan a luz, aunque tal y como está la tasa de despidos y desempleo, ponerse a tomar incapacidades maternales... es casi sinónimo de encontrar una rubia siliconada en su puesto, al momento de reincorporarse.
Por eso yo creo, que si las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) quieren que haya más niños, lo ideal es que los hombres también se embaracen. Aunque no estoy seguro si eso solucionaría el problema, porque... se imaginan lo que pasaría si nosotros los hombres quedamos embarazados?
Por ejemplo, está claro que los hombres somos haragonotes (algunos) medio flojos. No soportamos mucho el dolor. Así como las mujeres aguantan casi hasta el último día yendo a trabajar, nosotros, que nos quejamos cuando nos jodemos una uña jugando fútbol, en el momento en que nos dé positiva la prueba entraríamos amarillos en el despacho del jefe con la ultrasonografía tiesa en la mano:
- Mire jefe, mire cómo estoy, estoy embarazado... incapacíteme, que ya tengo náuseas, vengo vomitando desde el laboratorio donde me dieron el resultado, por la ventanilla.
Aparte de eso, cuando ellas están embarazadas, nosotros, agarramos la postura de contemplarlas, apapacharlas, consentirlas, se imaginan si fuera al revés?
Ella: - Qué tal estás, como te sentís?
Nosotros: - Muy bien, estoy fenomenal.
Ella: - Pero te encuentras bien de verdad?
Nosotros: - Sí, mi amor, ya te lo he dicho...
Ella: - Es increíble lo bien que te encuentras, ¿verdad?
Nosotros: - Que sí, que estoy bien... no te preocupes, no me pasa nada, ahora de tanta preguntadera que te tenés, ya me están entrando unas nauseas tsunámicas y estoy a punto de vomitar todo el camino de la cama hasta el inodoro …
Se imaginan ser apapachados por nuestras esposas de esa manera? Ellas, que habitualmente no nos paran la menor bola?
Otro ejemplo de este mismo diálogo, tres días después, si los embarazados fuésemos nosotros, las respuestas ya serían distintas:
Ella: - Antonio, qué tal estas?
Nosotros: - Jodido, yo creo que estoy perdiendo hasta la última gota de bilis.
Ella: - Pero, tan mal te encuentras?
Nosotros: - Fatal, todavía me tengo que soplar dos noticieros en la TV hasta que sea mi hora de dormir, y no hay futbol en la TV, creo que no llego al noveno mes. Vas a tener que criar a nuestro hijo tú sola.
Ella: - Es increíble lo mal que te encuentras, ¿verdad?
Nosotros: - Y todo lo que me callo, para no asustarte, llamá a mamá que me venga a cuidar, y poneme el DVD del partido de Firpo – FAS del 2013, cuando ganamos la décima, para que le encuentre sentido a la vida ….
Las mujeres, cuando están embarazadas, tienen antojos porque se les agudiza el sentido del olfato. Pueden oler las palomitas de maíz del cine, que queda en el mall distante dieciocho cuadras más allá, o el marisco a la plancha del restaurante que queda diez calles más abajo:
- Quiero marisco – diríamos nosotros- tengo antojo de comer mariscos …
- Bueno …ufffff, ya te los voy a traer, no sé si te diste cuenta que ya estoy en camisón y me iba a dormir …- contesta nuestra esposa
- Quiero mariscos, camarones, y después que pases que pasés por el Pops y les pongas encima sorbete de vainilla …
- Camarones con sorbete? Estás loco Antonio?
- Y después te vas al Red Mango y les ponés encima M and M´s … y me los traés antes que se derrita el sorbete ! – comenzamos a urgirla.
- Antonio, son las once de la noche ! Donde voy a conseguir todo eso??
- Esforzate – le diríamos nosotros llorando – que querés? Que este niño que llevo en el vientre nazca con cuerpo de camarón y pelo de sorbete de vainilla?
Y nos lo traerían, porque ya saben eso que dicen, que si no te conceden un antojo luego al niño le sale en el cuerpo, y claro, ella no querría que el niño nazca con ojos de camarón y pelo blanco …como se lo mostrarían a sus amigas?
Otro antojo, si los hombres nos quedásemos embarazados, nuestros antojos serían distintos. Nos despertaríamos a medianoche diciendo:
- Quiero una Black & Decker! Necesito hacer agujeros, ya!
Y nuestra mujer nos lo traería, porque no le gustaría que el niño naciese con la nariz retorcida como una broca.
Una pregunta: con la panza que tenemos ya algunos hombres, cómo se nos pondrá cuando estemos embarazados de treinta y dos semanas? Como un dirigible. Más de uno de mis compañeros de género en vez de romper aguas, romperán cerveza.
Se moverá el niño más en el vientre del hombre? Qué haríamos los hombres cuando sintamos las pataditas del bebé? Las mujeres se emocionan y dicen: "Mirá,sentí, se ha movido." Nosotros directamente cantaríamos el gol: "Gol! Gol de mi hijo carajooooo!".
Y, en vez de ponerle música clásica para que el niño salga más inteligente, pondríamos Monumental Deportiva con Carlitos Aranzamendi …
En fin … creo … que pensándolo bien, prefiero que mi mujer sea la que tenga mi hijo antes que tener que aguantarme a mi mismo como hombre embarazado.
No, no, no, no nos demos garabato, por más que nos jactemos de ello y la sigamos practicando a diario en todo el continente, Latinoamérica no inventó la corrupción administrativa, ni ha sido el nuestro, el único país que la ha llevado a la categoría de excelencia que desde hace 40 años cultiva.
Ver jugar a Jorge González siempre fue un espectáculo, escucharlo hablar, es un lujo …
El bus se detuvo en el kilómetro doscientos once. María Antonieta bajó y el motorista también, para entregarle su equipaje. Cuando el bus retomó su marcha María Antonieta empezó a caminar. Eran parajes de tierras rojizas. Ignoro por qué tenían este color; usted disculpe, pero en verdad, no sé nada de geología.