Si me van a acusar de loco, derechito al manicero mejor ! Nunca he sido persona de ir al psiquiatra. A la fecha, había logrado el precario equilibrio de mi cerebro con lo que tengo a mano: en una época cambiaba de novia semanalmente como James Bond; en otra, tomaba una que otra anfetamina, como Funes, y quedé incapaz de amarrarme los zapatos; en una, no muy lejana, abusaba de los Doritos, como doña Milagro Navas.
Ahora evado la realidad con gestos tranquilos: miro en familia “Los pequeños Gigantes”, por ejemplo, que, como síntoma preocupante de mi prematura vejez, es el único estímulo que me hace sentir la vida de verdad, vivir a fondo: el domingo pasado lloré a mares cuando los niños cantaron “La maldita primavera” con Yuri: la diva mexicana aparecía de sorpresa, y la rodeaban los pequeños cantantes, y todos entonaban a pulmón vivo “pasa ligera la maldita primavera”, mientras yo me deshacía en pucheros, llantos casi seniles … casi me orino de la emoción, es normal llorar viendo “Los Pequeños Gigantes”? Me volví tan viejo como Yuri? Tan balbuceante como el Profe?
Pero este país enloquece a cualquiera. Tres elecciones en menos de un año: municipales, 1ª vuelta Presidencial en febrero, 2ª en marzo …
Analicen las noticias de la semana: un recluso se escapa de una cárcel tras haberse emborrachado con uno de sus custodios; el fiscal general resolvió un caso una semana después que toda la población salvadoreña ya conocía el final, el culpable y el motivo; la Selección nacional no juega contra nadie y sube en el Ranking FIFA; Omar Angulo le dedica canciones al Águila, porque los del Alianza se lo tienen ya prohibido bajo pena de pasar por la cimitarra. Y, por si fuera poco, transmiten el primer debate presidencial de ARENA y censuran los otros y “El Diario de Hoy” advierte nuevamente, por enésima vez, que nuestro país puede volverse como Nicaragua, que a su vez se está volviendo una nueva Venezuela, que es la nueva Cuba ….
Sé que en estas elecciones pasadas y las que vienen han apelado al miedo para manipular a los electores, y debo reconocer que, en mí, por lo menos, lo lograron. Los miedos me consumen. Ya no duermo. Las posibilidades electorales me tienen desvelado, tengo miedo que Walter Araujo en alguna confusión termine siendo Presidente del país; que Lorena Peña nos termine representando, en otra confusión en algún Miss Universo; que se sigan muriendo los animalitos del zoológico, así como Flacucha; que alguno de mis hijos se desvíe del camino de la sabiduría y se haga Aliancista; que Nayib ingrese a Casa Presidencial montado en un borrico entre procesiones de palmas; tengo miedo de ver otra conferencia de Howard Cotto explicando un crimen con sus dos únicas frases "estamos investigando" y "sospechamos que se trata de riñas entre pandillas" ...
Con los nervios destrozados en mil pedazos, por eso, decidí asistir al psiquiatra por primera vez en mi vida. Pedí cita entonces donde el doctor Orate: un hombre que, sin ser el doctor Ternura, tenía aspecto bonachón, como de profesor bueno de la Universidad; aunque era hábil e interesado …
–Acuéstese en el diván Don Ovidio –me dijo.
–En el diván, me quito los zapatos ? –pregunté obsesivo.
–Me es indiferente, antes de usted pasó Will Salgado y nunca se quitó las botas, cuénteme lo que le sucede –me pidió el psiquiatra.
–Son las elecciones, doctor –le confesé–: tengo miedo … cierro los ojos y veo supermercados, vuelvo a abrirlos, respiro agitado, vuelvo a cerrarlos y veo pasos a nivel todos descuadernados, sin ángulos de giro, vuelvo a abrir y cerrar, y veo un Mesías sin partido ….
–A qué le teme, concretamente?
–A que suba un presidente que nos conduzca al Trumputinchavismo –le dije, al grano.
– Y que es eso? Acaso cree que sea posible?
– Pues se perdió 10 a 1 con Hungría en España 82. – contesté.
– Amigo, sin saber nada de política: no creo que alguien pueda perder la razón por estas elecciones, cálmese…le voy a dar unos comprimidos que … - empezó a recetarme el Dr. Orate.
– No doctor: pastillas y medicinas y enemas no !! Lo que necesitamos es una dosis de democracia expresada en votos, pero no cada 8 meses, cada cinco o seis años y basta, y en el interín que se queden calladitos …
… sería la mejor terapia … no?
Me medicó entonces un calmante para soportar las elecciones. Inicialmente no me funcionó. Pero poco a poco me he ido tranquilizando. Ahora imagino a Guillermo Gallegos dando un discurso con la “z” en Naciones Unidas … pero ya no siento angustia … ya poco me importa.
Seguro pasa rápido. Como la maldita primavera.
Es algo que venimos repitiendo desde niños, porque a su vez, lo escuchamos de nuestros padres, quienes siendo niños lo escucharon de sus padres, etc. etc. … esta aseveración es más falsa que las lágrimas que derramó aquel primer actor que hoy está asilado en Nicaragua, en El Mozote … do you remember?
La Reina Isabel de Inglaterra (la primera, la “Reina Virgen” que le mientan en los libros de historia) tuvo la suerte de rodearse de exploradores que llenaron al alicaído y primitivo trono inglés una fuente de oro que el Cerro de Potosí (que buscaron como locos españoles y portugueses en América) no les otorgó por llegar tarde …
Tengo una patética e insoportable ansiedad.