O sea, básicamente imagínense una escena así, usted pasa por donde repartidor de periódicos y le dice:

- Me da El Diario de Hoy?

Y él les contesta:

- No, le voy a dar una Vanidades de marzo del 2010 ... y este paquete de chicles de menta.

O que se toman un taxi:

- Me lleva a El Salvador del Mundo, por favor?

Y el taxista les diga:

- No, le voy a llevar al Estadio Cuscatlán, se me ocurre que lo que usted necesita es ver un partidito de fútbol.

Pues eso es una barbería! Un sitio donde pedís una cosa, y el barbero, peor si es de aquellos veteranos con estilo muy tradicional hace lo que le da la gana. O sea una “francesa clara” o un “Pato bravo” según el ánimo que tenga … el barbero.

Por esta razón, lo primero que hacés cuando salís de la peluquería es buscar un espejo y arreglarte el pelo "a tu manera". Y digo yo, entonces … para qué vas?

Es más o menos lo mismo si vas al salón de belleza, donde van, por supuesto, señoras, señores e híbridos, las señoritas que atienden se saben dos cortes: uno bien y otro más o menos, te hacen el corte o peinado que saben bien, no importa lo que le pidas …

… la dueña del salón ya no corta ni peina ni se entera, está siempre a la par de la caja registradora, hablando por teléfono por supuesto, así que la única manera que tiene uno de enterarse si la estilista está haciendo su peinado o corte bien o chambonamente, es mirando detenidamente por el espejo, a ver si está seria, sonriente o muriéndose del chiste …

Peor aún, si le habla en señas a la compañera que tiene a la par como diciéndole:

-          Mirá el gran “chajazo” que le estoy dejando a esta doña …

-          Eso no es nada – le responde en señas la otra – este joven me pidió tinte verde azulado para el pelo y como solo rojo tenemos … acá le estoy echando una manito de Sherwin Williams.

 

Son sitios de los que siempre hay que desconfiar, porque todo te lo hacen por la espalda. Es curioso: las mujeres de pronto, pierden la cintura, ganan peso, se deprimen, se ponen celosas de las compañeras de trabajo del esposo, y en vez de fugarse con un George Clooney versión Bosques de Prusia, se van al salón , y le dicen a la estilista:

- Córtame el pelo por aquí. Quiero un cambio de imagen radical.

Y ya lo creo que te cambia de imagen. Te deja como si hubieras metido la cabeza en una licuadora. Te ves tan mal que se te olvida la depresión que tenías, y agarrás otra. O sea, que en las barberías y salones de belleza no te quitan la depresión, simplemente te la cambian de sitio.

Y de ahí su éxito. En un salón de belleza, a los cinco minutos ya te han convertido en un adefesio, para que se te olviden las penas que traías. Se ven a las clientas y clientes sentadas enfrente de un espejo, en cuturina, embadurnada, con chorros de tinte resbalándote lentamente por la cara colorada, la cabeza envuelta en papel celofán y oliendo a huevo podrido. Y de pronto pensás: "Solo falta que me salga un alien de la panza".

Estás hecha un espantajo, y es el momento en que las estilistas, que son excelentes vendedoras, se aprovechan de tu condición para ponerte todavía más "chingastes" en el pelo. La técnica utilizada es la siguiente: primero, un poco de fuego amistoso:

- Tienes unas pestañas preciosa.

- Ah si? Muchas gracias.

Y luego te mete la cuña:

- Sí, son preciosas, lastima que...

- ¿Lástima que qué?????

- Que tengas el pelo tan pobre y apagado.

- Pobre y apagado? Que horror! Y qué puedo hacer?

Y entonces te la coloca:

- Pues mira, por solo cuarenta y siete dólares, te voy a poner un tratamiento de colágeno de placenta de foca que vas a quedar de portada de revista.Cuarenta y siete dólares! Te dan ganas de decirle: Y por qué no me quemás las pestañas con un encendedor Bic, que me saldría mas barato?"

Ahí está la estrategia del salón de belleza para hacerte clienta de por vida. Una vez que te tiñes, ya estas condenada a seguir acudiendo de por vida, para no desteñirte, porque en las peluquerías nada es permanente, ni siquiera la permanente es permanente.

Con las barbería es diferente, te hacés cliente si el barbero te puede sostener una conversación sobre como Alianza reforzado con Estudiantes de la Plata le ganó al Santos de Brasil con todo y Pelé en el Flor Blanca en 1966 .. si no, no volvés más.

Y hay otros lugares misteriosos … un lugar ideal es el taller mecánico, donde te ponen la cajita del repuesto original en el asiento del copiloto y podés ver a los mecánicos por el retrovisor, hablando en señas ….

- Al fin logramos vender aquel “relay” viejo que nos había quedado trabado en inventario.

- De veras … veá?

Pero esa es otra historia ….