Y a decir verdad, es un caso de la vida real, del cual obviamente jamás voy a decir nombres, pero quiero narrar la historia, simplemente, para que sepamos, todos, sin distinción de género, que estas cosas… suceden.
Desde hace un par de días me encuentro muy bajoneado a un amigo, amigo de años, a la segunda semana de verlo con los ánimos por el suelo, le suelto el típico comentario “que pasó ? hace un par de semanas que te veo de capa caída”.
La repuesta clara y fulminante:
- Mi hija no es mía.
Recuerdo, en lo particular, dado el caso de que no todos los hombres nos dedicamos a prepararnos para ser buenos padres, el caso de este amigo, que con mucho esmero estaba pendiente a las previas del nacimiento de su hija con su esposa, al cual felicitamos y celebramos por el nacimiento, me recuerdo sus cuidados, costos de vacunas (que en los bebés nos pegan unas desangradas económicas terribles) que él sacaba adelante, permisos de trabajo para consulta, etc. etc.
Y ahora descubre que su hija, no es suya … o sea, que se la “endosaron”, que su esposa la concibió con alguien más y le pasaron el paquete.
Como enterarse? Bueno, vamos al primer “considerando” dentro de todo esto, en nuestro país somos pocos y nos conocemos demasiado… rumores sobran y saltan .... todo, a la larga, se sabe.
Segundo, siendo el más bien bajito y rechoncho, casi pellirrojo o castaño, su esposa muy blanca, la niña crecía esbelta, delgada, morena y colocha …
Tercero, encendida la mecha de la duda, procedamos al examen, ahí está el ADN antes inconcebible en nuestras mentes, hoy certificadora o barredora de toda duda.
Los hombres por lo general, tenemos el estereotipo de ser los asnos de todo tipo de relación sentimental …
… y es, muchas veces cierto.
O sea, los que mentimos, fallamos, traicionamos, engañamos y abandonamos … la verdad ? Hay muchísimo de verdad en esto, el machismo heredado por sub culturas allendes a nuestras fronteras y bombardeadas por todo medio de difusión cultural nos empujan a eso …. Pero ojo … la otra cara, no seamos pajuilos, la otra cara de la moneda también existe, es más … me atrevería a decir, que va in crescendo.
Que los hombres somos los malos de la relación y esto cae por su propio peso?, es cierto, pero también es cierto que somos en muchos casos, estúpidos. Hay situaciones que con pancartas nos dicen “no te metas con ésta”, “te van a dar baje” y ahí vamos de necios … seguimos, como el zorrillo que se revienta de frente contra los ferrocarriles.
Las relaciones de pareja, cambian morfológicamente, como cambian los mismos signos de los tiempos, la libertad laboral, académica femenina, impensable hace treinta años, conduce a la eliminación de varias salvaguardas de la pareja, que si se utilizan mal… terminan peor. Ojo, esto no marca la generalidad de los casos de la liberación femenina, pero vuelvo a insistir …existe.
En los finales del diálogo con mi amigo alicaído, salieron dos frases más, de esas patadas al pecho, que definen la maldad de los hombres …
- Y entonces que vas a hacer con tu matrimonio? - pregunté
- No, mi esposa me dejó, se fue …
- En serio? - le pregunté extrañado - conociéndolos a ambos
- Se fue, con un fulano alto, delgado, moreno y narizón, solo lo vi en el carro cuando se la llevó de casa … no se si es el padre de…
- Y tu hija ? - interrumpí
- A mi hija la voy a cuidar yo, toda la vida ….
… y esto sucede en El Salvador, y el planeta.
Mis queridas y muy emperifolladas señoras, mis queridas amigas que asisten a cuanta recepción les sea posible, más por ser vistas que por el deseo de asistir a estas reuniones.
Me pareció siempre una verdadera falta de profundidad de investigación histórica, bah! una dejadez, que no tengamos una mitología salvadoreña que sea reconocida ya como una de las vertientes de la mitología universal, así como la griega y la nórdica.
Por increíble que parezca, el latinoamericano moderno promedio dedica más horas a su trabajo que el campesino medieval promedio.Si bien muchas personas se sienten presionadas a trabajar muchas horas, incluso las víctimas más afectadas por la “economìa de presión por resultados” pueden asumir que al menos no trabajan tan duro como un campesino medieval.