Pues, pudo más el deseo de … que la continencia a ...

 

 

(ver “Apuesto al apóstol” http://www.danielrucks.com/index.php/socio-politico-economico/63-apuesto-al-apostol ) seguí frecuentando a Paulina, que en realidad se llamaba Luisa, y que en los últimos días, había transmutado su ser para llamarse Shaila (nombre hindú que significaba “hija de la colina”, ella decía que le calzaba perfecto, era de Planes de Renderos) y había entrado en la onda vegetariana.

-          Te voy a llevar a un restaurante vegetariano que es lo último en la ciudad, me preocupa tu salud … - me hizo un gesto pícaro y sonrió. Le preocupaba mi salud y a mi preocupaba que de …”aquello” …nada ! No llegábamos a primera base.

Entramos al restaurante y ..estaba bonito, todo muy higiénico, nos ubicaron, vi el menú, entendí que me iba a morir de hambre … observé el entorno, tres o cuatro mesas ocupadas, silencio y música tenue.

-          Buenas tardes – se acercó el mesero con un turbante y túnica – mi nombre es Anjalí, que significa mensajero, yo le traslado el mensaje de su pedido al chef.

-          Ah – dije yo – mi nombre es Horacio Citi Bank que significa que soy el que pago la cuenta y me estoy muriendo de hambre …

-          Este es un restaurante natural, todo es natural, solo alimentos naturales de origen botánico.

 

 

 

 

Hicimos el pedido, Anjalí se retiró, se armó una trifulca en una mesa vecina, reparé que en ella estaba sentado Guillermo Gallegos, que fiel a su sabiduría, pedía a gritos un biftec encebollado.

Sentado frente a él, en una de esas sillas altas que ponen a los bebés para que alcancen la mesa estaba Walter Araujo, quien moqueaba su cuturina porque a Gallegos no le servían biftec, los meseros le explicaban que era un restaurante ve-ge-ta-ria- no … y él contestaba: “que ustedes me ven jeta de qué ?” …

Pero otro grito se sobrepuso a los de Gallegos …

-          Ahhhhhhhhh una rata !! – gritó una monja sentada en otra mesa con otra hermana – acaba de pasar ahí , por la alacena !

-          Imposible, por favor – se acercó Anjalí – este es un lugar aséptico, señora !

-          Atrevido ! – gritó la otra monja – como le dice señora ? No ve que Sor Magenta es Hermana de la Orden de las Carmelitas Descalzas ?

-          Pero tiene zapatos … -murmuró Anjalí.

En lo que una cocinera gorda y el chef salían de la cocina, movían la alacena, y en efecto, aparecía la rata … Gallegos y Araujo huían despavoridos dando gritos de terror tipo tren fantasma, pero lleno de mujeres ….

-          Otra vez se fueron sin pagar, siempre hacen lo mismo estos delincuentes …- dijo el otro mesero.

A todo esto, la rata, era pequeñita y arrinconada sin salida, temblaba en una esquina … nadie, ni Hitler hubiera tenido el hígado para matar una rata minúscula que tiembla en un rincón, el chef le puso una silla de mimbre encima, quedó presa!

-          Si nadie la va a matar, arrímenle un plato con estricinina … dije yo.

-          No, mejor métanle Racumín ! – sugirió la monja que se ve que sabía de ratas y sacerdotes, roedores, no necesariamente en ese orden.

-          Alto ahí – el grito lo pegó Shaila, antes Paulina aunque en realidad se llamaba Luisa – Nada de eso ! Acaso no es éste un restaurante natural ? Como se le va a matar con productos químicos ?

-          Traigamos un gato y que se lo coma –dijeron de otra mesa.

-          Además de ser un espectáculo espantoso, no sería una muerte natural – dijo Anjalí.

 

     Ahí comenzó una discusión eterna, que sí que no, que llamaran a los bomberos, que acaso se creía que estábamos en Nueva York en septiembre 2011 ?, que la reventáramos de un escobazo dijo la cocinera gorda …

-          Sería un espectáculo lamentable – dijo Anjalí - el animalito será un roedor, pero también tiene sangre .. vísceras, todo eso quedaría desparramado en el suelo …

-          Quien pidió hamburguesas de soya ? – dijo entrando otro mesero.

 

Al final, una vez más, muriéndome de hambre y teniendo claro que no lograría nada, una vez más con Shaila, antes Paulina aunque en realidad se llamaba Luisa, y deseando comer e ir a dejarla de una vez , propuse un “corredor humanitario” para sacar a la rata del restaurante y que huyera calle abajo ….

Por primera vez Shaila, antes Paulina aunque en realidad se llamaba Luisa, me miró con ojos de sensualidad, pero me sacó de mi embeleso la monja mayor …

-          No sería un corredor “humanitario” , se trata de un animalito …

Antes de empezar otra discusión, abrimos el corredor, con cojines, sillas, y todo lo que hallamos, y esperamos para sacar la rata de su prisión, todos juntos, parecíamos el reparto de una escena de “Free Willy” más o menos …

Pero la rata no salió huyendo calle abajo, salió y se metió de inmediato a una parrillada argentina que quedaba diez metros abajo en la misma acera … no pasaron más de treinta segundos para que se oyera la misma gritazón inicial que teníamos en el restaurante vegetariano, en la parrillada.

El chef miraba la calle con nostalgia

-          No sé qué me duele más- me dijo - que hayamos encontrado un rata en mi restaurante … o que haya preferido irse a otro restaurante …