Ella no era mi jefa, a decir verdad, pero si tenía un nivel jerárquico corporativo superior al mío, yo solo era un auxiliar contable, principiante, ella era mayor que yo, obviamente, y hacía muchos años que había sido principante … en esa corporación, nos veíamos a diario, trabajábamos juntos.
Habíamos empezado a hablar hacía algún tiempo, de forma casual. Ambos estábamos interesados en la música y la política. Qué hacía una persona con pensamientos como los de ella, hablando con alguien con ideales como los míos? No paraba de pensar. Pasábamos días y noches hasta tarde platicando de todo. Con gustos random tipo brujería, escritores franceses de post guerra, ovnis, astros, etc. Estábamos empezando a tomarnos confianza.
— Quiero saber de qué signo sos — le pregunté.
— Libra .. Y vos?
— De piscis, jajaja un sentimental asqueroso — respondí.
En ese momento me puse a sacar su carta natal, que era uno de mis “Hobbys” y me llevé la sorpresa de que nuestras lunas intercambiaban. Ella tenía Luna en Cáncer y yo en Libra. Me pareció una casualidad hermosa y dulce. Estuvimos semanas hablando, discutiendo, debatiendo y ayudándonos, era un amor — odio que iba y venía constantemente.
En septiembre nos juntamos varias veces, habíamos cimentado la confianza, ella ya me había dicho que era casada. Sentía algo más que sólo atracción física y mental. Yo más que ella por supuesto, yo era el principiante, ella siempre estaba nerviosa y no sabía cómo relajarse.
En una de las ocasiones, después de un momento de estar sentada a su lado, le di un beso. Rompió el hielo inmediatamente y los cuerpos reaccionaron.
Mi entrepierna se despertaba después de casi un año de no disfrutar, estaba excitado. Mis gemidos iban junto con mis besos, y sus mordidas en mi cuello. Sentía la necesidad de que me abrazara y apretara la espalda con sus manos.
Comenzó un vaivén de caricias y suspiros, respiraciones entrecortadas, pseudo gemidos mientras nos besábamos, de manera suave pero fuerte, era mucha la conexión piel con piel.
En un momento, intuitivo, nos desnudamos, no podía entender por qué me había hecho sentir eso, esa profundidad. Al ritmo de mis penetraciones empezó a gemir fuerte, y sentía abrir mi alma al elixir de nuestros dioses, que provocó el primero de sus orgasmos. En un rápido movimiento ella se puso de pie, mi cuerpo temblaba de placer, hasta que en un momento amplió el sillón en el que estábamos que quedó como una cama, y ahí vi venir toda la magia.
Empecé un movimiento lento, ondulándome entero sobre su entrada al placer, sintiendo el sonido de la humedad entre nosotros, mirándome…
… mirándonos. No aguanté más, y empecé a acelerar mi ritmo.
Hasta estallar … No paré de temblar, espasmos de placer invadieron mi cuerpo de tal forma que disfruté tanto como sentir el viento fresco dentro de mi cuerpo.
Me di vuelta y le pedí que fuéramos despacio porque quería volver a acabar. Agarré su cuerpo con mis manos, la tenía atrapada. Sentía su perfume y el sabor dulce de su cuello, mi corazón iba a explotar y su cuerpo estaba completamente a mi merced.
No lo vi venir, no creí que pudiera ser cierto, otro orgasmo apareció de manera sorprendente, y al bajar la velocidad hizo que viniera otro. Comenzó su llanto, no de dolor… de placer. No podía creer que mi cuerpo estuviera tan dispuesto para ella.
Al descansar, estábamos acostados uno al lado del otro. Escuchábamos «Two out of three ain´t bad » de Meat Loaf y Jim Steinman, mientras me besaba el cuello. Mi cuerpo reaccionaba a todas sus caricias, ella entendía mis reacciones. Dirigió su mano a mi entrepierna, y comenzó el disfrute máximo.
Después de dormir, desperté y me sentí desnudo. Su brazo cruzaba mi espalda y me moví de forma lenta para quedar de frente a él. La observé dormir, mire detalladamente su rostro. Tuve nostalgia en ese momento, sentía que la extrañaba aunque estuviese a mi lado. Ya la amaba.
—Mi esposo ha estado de viaje todo el mes, por eso nos hemos encontrado tanto, vuelve el viernes— me confesó.
Al marcharme de su lado, luego de despedirme sonaba en mi cabeza «We can´t hide it anymore » de Larry Santos,. Me tenía que obligar a dejar de sentir todo lo que sentía, pues sólo iba a obtener sexo de ella, nada más.
Y así me quedé, abrazando un vacío, y aferrándome a una esperanza inexistente. Sus labios, sus ojos, su voz, sus manos, su mente… sobre todo su mente.
Ella era todo lo que yo quería y todo lo que no iba a poder.
Todo lo que quería que fuera, pero nada de lo que iba a ser jamás…
Siete minutos, dos horas y mil días
de simplemente no verte ...
Hasta este momento, todo hermoso, irreal, casi intangible, me había desacostumbrado a que me quisieran, a que alguien me diera una muestra de afecto, y está bien … me encanta, es literalmente un sueño que varias veces, solo en esta cama ya había soñado ...
A diferencia de la mayoría de las personas que entienden idiomas pero no los hablan, a mí me sucede al revés con el portugués, que lo hablo pero no lo entiendo.