"El Mencho" caminó tranquilo y sereno, balón bajó el brazo, los pasos que lo separaban del punto penal.
El estadio estaba repleto, bah! era un estadio pequeño el de la Asociación Atlética Joaquín Torogoz, llamado así en honor al humilde señor que les chapodaba la cancha desde su fundación, corvo en mano y no les cobraba.
La AAJT militaba en tercera división, y hoy se enfrentaba por la final del Torneo Alterno, al poderoso CD Olímpico 68, lider de primera división y varias veces campeón nacional.
Era la final, empatado en los 120 minutos 2 a 2 se iba a los penales, y para resumir, el penal del Mencho lo definía todo, si lo metia era campeón el Joaquín Torogoz, pero si fallaba, era campeón Olímpico 68.
Su equipo ....
Mencho y tres amigos vecinos, habían sido llevados a prueba al Olimpico 68 hacia tres años y dos quedaron, uno de ellos, Mencho, dueño de un remate fuerte y preciso.
Debutó con la reserva, un par de veces en el banco de suplentes de primera y lo mandaron a préstamo al AA Joaquín Torogoz, donde se convirtió en ídolo al nomás llegar.
Ídolo de la gente, hizo goles hasta cansarse, sacaron a la venta su camiseta, fotos, pancartas, le salían novias, fama, la AAJT ofreció dinero por comprar el pase al Olimpico 68 pero no ...
Mencho era hincha fanático del Olímpico 68 y soñaba regresar, iba desde pequeño con su padre al estadio a verlo "Algún día voy a jugar ahí papá '
Ahora su padre ya no estaba, había fallecido, eso lo liberaba de su promesa pero no de sus propósitos.
Puso la pelota en el punto penal, el portero del Olímpico 68 era Quique que a veces entrenaba con la reserva, lo conocía ...
Sabía para que lado se tiraba, cuales tiros atajaba y cuales no, sus puntos débiles, no había como equivocarse ...
Tomó carrera de tres pasos, se le mezclaron los sentimientos de gratitud al AAJT por darle tanto, y rencor al Olímpico 68 por darle tan poco, sus sueños de niño y su realidad de joven en 3a división ...
... Y pateó
La pelota se fue alto
muy alto
altísimo ...
lejos
muy lejos
más o menos cerca de los confines de la recontraputisimadrequeloparioó!
Cuando alcanzo a ver el sol, a través del agujero que el tiempo implacable dejó en mi zapato, y me doy cuenta de todo lo inútil que ha sido el trayecto caminado, es entonces que me doy cuenta del éxito de mi fracaso…