Un día me dice mi esposa que tenía una especie de sarpullido en una pierna, ya antes había tenido ese problema y no eran más que unos cuantos puntitos, y pensamos que ya pasaría como en otras ocasiones. Para sorpresa pasaron tres semanas y no había alivio, más bien lo que eran unos puntitos, se había extendido por toda la pierna.

 Claro que, como no picaba, no hubo problema con que pasara todo ese tiempo. Viendo que había trascurrido más tiempo de lo normal, tome la decisión de llevarla con un dermatólogo.

Inicié mi búsqueda con un Doctor que según referencia de un colega es buenísimo, no cabe duda que lo es, porque para obtener una cita hay que hacerlo con semanas de anticipación y la otra modalidad es llegar a las 7:00 am para anotarse y pasar por orden de llegada, pero claro me dijeron que había que madrugar, como quien va al ISSS por una consulta o examen, y que a veces se llenaba el cupo en 15 minutos, por todo esto decidí que buscaría otro profesional en esa área.

Tome la guía telefónica y empecé a hojear la sección de dermatología, tratando de encontrar al mejor en unos cuantos centímetros de información, luego de varios minutos de estar leyendo encontré a una Doctora y llame para obtener la información general sobre las consultas e hice la cita para el día siguiente -por fin dije encontré cupo con alguien- lo que me llevo a tomar la decisión de llamar es que decía que tenía un post-grado en Italia e Inglaterra.

Cuando llegamos a la clínica esta estaba un tanto oscura -no había ninguna lámpara encendida- con las ventanas abiertas y un poquito de calor, la secretaria no tenía computadora o máquina de escribir, en el escritorio sólo se encontraban unos cuantos papeles, ah! la secretaria estaba embarazada. Después de un tiempo de espera, llego la Doctora, en buen salvadoreño, chele -eso es algo raro porque es de San Miguel- chiquita, delgada y con varios años encima.

Lo primero que me molestó es que el consultorio de la Dra. estaba muy iluminado, limpio, haciendo un contraste enorme entre el lugar de trabajo de la secretaria y el de la profesional. Comenzó con las preguntas de siempre, nombre, edad, etc. y qué profesión tiene le preguntó a mi esposa, “no, no soy titulada, respondió, ah! sin estudios dijo”, y yo que contaba hasta el infinito para no darle una maltratada.

Después de examinar a mi esposa, prosiguió a darle la receta, la cual incluía una crema y
unas pastillas, al ver dicha receta hago una pregunta que realmente no quería hacerla. Dado que es una profesional de la salud y pienso que debe saber y por lo tanto tomo en cuenta al momento de recetar la medicina No hay problema con que mi esposa este dando de amamantar al bebé con las medicinas que acaba de recetarle? ella hace una pausa viendo a mi esposa y al bebé....luego dice con una voz irresponsable, “no, no hay problema puede aplicarse la crema y tomar las pastillas, no le va a afectar al bebé.”

Investigar es una de las cosas que más me encantan y lo hago casi en cada momento, así que me dispuse a buscar en algunas páginas de laboratorio farmacéuticos sobre la medicina que debía comprar y sorpresa que ambas decían que el periodo de lactancia no se podían administrarse, sabiendo esto decidí llamar al ginecólogo de mi esposa y hacerle la respectiva consulta, algo molesto me dijo que no le sorprendía el que la dermatóloga hiciera eso, pero que si le molestaba que hicieran esas metidas de patas, y me dio una solución para aliviar lo de mi esposa, sin perjudicar a mi bebé.

Como digo siempre y nunca me cansaré de decirlo y aunque muchos se han molestado conmigo, lo seguiré declarando. El tener estudios universitarios, maestrías, post-grados, doctorados y que se yo que tanta cosa exista, no garantiza que la persona que tiene uno, varios y todos los estudios, realmente sea un profesional en su área y que lo juicios que emita sean los correctos, sin importa en lo que se desempeñen.

Lamentablemente Daniel no me deja mencionar el nombre de la ¨profesional de la salud¨ con todo y esos post-grados en Italia e Inglaterra no es más que una Dermatóloga Mediocre.