Ella no era ni fea ni linda, sino más bien todo lo contrario …
O sea, un poco indescriptible, una nariz extraña y mal ubicada, pero sentada en medio de tantas chicas lindas, de muy buen ver y mejor oler, uno siente que el corazón se le embala, es más, en un lugar nocturno como aquel, de moda, “chic”, el hecho de que ella me mirara, fijara sus ojos en mí … habitualmente un cero en la muchedumbre, no dejó de entusiasmarme.
Tenía un cuerpo impresionante, que se magnificaba con el efecto NBA. ¿En qué
consiste exactamente el efecto NBA? Muy sencillo, es la suma de tres variables:
N de Novedad:
Acaban de llegar, son nuevas en el lugar, un regalo caído del cielo.
+
B de Belleza:
En grupo, las chicas bonitas son más bonitas que por separado, porque la
belleza de una se diluye en la de las otras y la eleva a la enésima potencia.
+
A de Alcohol:
En altas dosis (a estas alturas dos cervezas, dos copas de vino y tres gin
tonics, son una borrachera descomunal) siempre hace que las chicas parezcan más bonitas de lo que realmente son.
Se llamaba Natalia, o al menos yo le creí que así se llamaba, viendo las consecuencias posteriores, lo más seguro es que hasta el nombre haya sido mentira.
Toda ella exhalaba clase, garbo, cuando me acerqué y me invitó a sentarme a su lado, un par de whiskys (por Belcebú …que mezcla) incrementaron el NBA, hasta el punto de soltarme y susurrarle …
- Y si nos vamos a mi apartamento? Acá es bastante difícil hablar por la bulla, no se si ….
- Claro – me contestó Natalia con total naturalidad – solo dame la dirección escrita en un papel – cumplido el formalismo se levantó unos segundos, volvió con su cartera … - vamos?
Yo invocaba a Afrodita, Venus, para que me explicaran de que me habían rociado, en que momento me había escupido encima la Diosa Fortuna para ganarme el afecto instantáneo de tal belleza (rara), chica de clase, yo, habitualmente más ninguneado que una habichuela.
- Sabés lo que vamos a hacer ? Conocés el trato ? – me preguntó Natalia con un dejo de picardía.
- Ahhh por supuesto – respondí yo con la líbido de máximo encestador de NBA (recordar siglas) alborotada. Noté que un carro seguía mi ruta a prudente distancia, pero veinteañero, con semejante trofeo y la testosterona a nivel de recién salido de Mariona, no le paré mucha bola.
- Disculparás Natalia, es apartamento de estudiante, aquí la sala está desordenada ..querés …pasar al dormitorio? – le pregunté al llegar.
- Mmmm no – se sentó entre libros y vasos de sopas Marruchán – ya no tarda en llegar Emilio.
Tocaron a la puerta, eran las dos de la madrugada, muy extraño … abrí, era el tal Emilio, una cara de mafioso que para cargar con ella, se necesitaban dos viajes.
- Son $ 300. 00 hasta las 4 de la mañana, $ 400. 00 si querés que se quede hasta el amanecer – me dijo Emilio, extendiendo la mano.
- Natalia … queee? – yo no entendía nada, seguro de haber hecho una conquista.
- Natalia … por la gran puta! Cuantas veces te he dicho que expliqués bien a estos pendejos el negocio antes de salir del antro – dio dos pasos el cafre y se sonó de una cachetada a la pobre Natalia, ahí reventé, mi perro Chewbacca ladraba en el jardín interior, me envalentoné con los ladridos, y le dejé ir una trompada al mafioso que ni se inmutó.
Eso sí, de regreso, con un puñetazo certero me reventó un ojo, quedé tirado en el suelo.
Al día siguiente, sábado, me levanté tarde, con una resaca terrible y el ojo destrozado, era media mañana y Chewbacca lloraba a nivel de reclamo, su hora de paseo estaba desfasada dos horas y media.
Salimos a la calle a trotar con mi mastín (pequinés, 30 cms), su pelo rojo de mentiras (el de ella, Valeria) generaba un brillo que era casi un insulto a esa hora de la mañana, trotaba delante nuestro … Chewbacca se soltó y se le abalanzó, alcanzó a morderle un zapato, ella se asustó.
- Perdón disculpe … eh … es muy nervioso …
- Quien te encajó esa trompada? – me preguntó dulcemente Valeria.
- No, es que me di contra la puerta …
- No mientas, tengo suficiente vida como para reconocer un buen puñetazo – con ternura y buenos modales me llevó hasta la farmacia, compró gasas, mertiolate y esas cosas y me ayudó a limpiar y curar heridas.
- Ya está Tyson – se sonrió con garbo femenino.
- Gracias, sos re amable … no sé, pero si trotás por aquí debemos ser vecinos … me gustaría, no sé, podría algún día invitarte a tomar algo?
- Mmmmm – me miró como buscando una respuesta sin lastimarme …
Y me contó rápidamente, que trabajaba en un barra show, que trotaba por obligación, para cuidar formas, no por deporte, que era la única forma de mantener a su hija de 3 años, era madre soltera, licenciada en administración y desempleada …
- No creo que cambie nada – le dije – no te conozco pero me gustaría, se me ocurre que sos … rescatable.
Regresé con Chewbacca a casa, como siempre, solos.
Cuando el psiquiatra intentó encontrar las causas o el origen de lo que con el tiempo se convertiría en mi depresión, llegó a la conclusión de que fue por la suma de una serie de eventos desafortunados y pérdidas de personas muy cercanas y amadas de quienes tuve una gran dificultad para aceptar su partida y dejarles ir.
Después de un año de muchas peleas, un amigo mío decidió dejar a su novia, Mónica, porque sentía que ella no tomaba su romance en serio.
Te considerás una persona romántica o más bien un poco cursi? Dependiendo de la forma de actuar y de las personas que estén alrededor nuestra forma de actuar puede resultar romántica o cursi. Un gesto que pensás que puede ser muy romántico, para tu pareja o incluso para tus amigos puede ser toda una cursilería.