Ese año 1980 fue un año de mierda, para el olvido. Asesinaron a nuestro Beato Salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, y a Lennon y murió Jean Paul Sartre, Hitchcock y Alejo Carpentier … el cohete soviético Vostok-2M explotó en su plataforma de lanzamiento y mató a 50 personas
La primera Junta Revolucionaria de Gobierno, se tomaba la Universidad Nacional y la cerraba por 4 años, estábamos bajo toque de queda, y en diciembre surgen muchos religiosos y adoradores de Los Beatles que ven a Lennon como una suerte de Jesús crucificado con 6 balazos en plena calle 72 en Nueva York.
Es verdad que su figura delgada y melenuda remitía a Jesucristo. Su cara angulosa, su mensaje y su prédica en el desierto, esa actitud de poner la otra mejilla y aquel impresionante escándalo que generó cuando, atrevido y provocador, dijo que Los Beatles eran más famosos que Jesucristo. Nos estaba anticipando la sociedad mediática y muchos no se dieron cuenta.
En 1969, Lennon dijo: “Todos somos Jesucristo y todos somos Hitler. Estamos tratando de hacer la palabra de Jesucristo contemporáneo: queremos que Jesucristo gane”. A qué niveles de popularidad hubiera llegado ahora con la tele, las redes sociales y los celulares?
Todavía se nos hiela la sangre de solo recordar el asesinato de Lennon. Sentí un cuchillazo en el alma cuando estuve parado en ese preciso lugar frente a Central Park. Su muerte nos dejó más huérfanos todavía en medio de una guerra que mataba hermanos todos los días. Lennon fue uno de los padres fundadores de nuestra identidad. Parió toda una generación. Fue uno de los ríos donde la juventud del mundo fue a beber para ser otras personas y para cambiar el mundo con la música que fue la banda de sonido de nuestras vidas irreverentes.
Hoy en medio del ácido lisérgico que taladra cerebros de colores, Yoko Ono declara que a John también le gustaban los hombres … basta Yoko, ya, fuiste, kaput.
Con Lennon como bandera nos atrevimos a ser nosotros, a rechazar la obediencia debida en todas sus formas, a tratar el sexo como algo común y silvestre, como un placer cotidiano.
Vivió solamente 40 años. El día que nació, hace poco más de 75 años, los alemanes bombardeaban Liverpool, cuna proletaria, futbolera y portuaria de la que salieron los Beatles.
Siempre quise pensar que esas bombas nazis eran el más grande grito de guerra que dio la humanidad y fueron el bautismo de Lennon que en venganza imaginó con “Imagine” el más grande himno a la paz que cantó el planeta.
O su madre que murió atropellada ante su mirada. El pequeño llamado John Winston nunca le perdonó que muriera ante sus ojos.
Y la tía Mimi que por suerte para el futuro del mundo, un día le compró su primera guitarra por 17 libras esterlinas. Seguramente fue una de las inversiones de riesgo que mayor retorno trajeron con los años. Allí, entre barcos y veredas, John asimiló todas las tendencias musicales y formateó su mente con Little Richard, Chuck Berry y Ray Charles …
En la escuela de Bellas Artes, John fue muy feliz fabricando música. La gloria fue su primer grupo llamado Quarrymen donde conoció a un guitarrista que se las rebuscaba… un tal Paul Mc Cartney. Los tiene?
Los compañeros de colegio escribieron casi 200 canciones y se convirtieron en la dupla creativa más famosa y exitosa de la historia.
Después, Lennon, inventó hasta el nombre. Jugó con las palabras y mezcló el beat que quiere decir ritmo con beetle que quiere decir escarabajo y pasaron a ser bichos raros que convocaron océanos de gente desde La Caverna, esa cueva subterránea donde los acordes de los Beatles cimentaron su grandeza entre cajones de fruta barata y una humedad insoportable.
En poco tiempo se convirtieron en patrimonio de la humanidad. En Caballeros de la Orden del Imperio Británico, condecoración monárquica que luego devolvieron para seguir siendo reyes.
Se veía venir y se vino.
Un día muy triste de abril de 1970 Lennon dijo …fuimos, “Let it be”, salió a la venta cuando ellos ya habían dejado de ser y eran nostalgia multiplicada por cuatro.
Lennon hizo vida en Estados Unidos y dejó que la droga y otros demonios se apropiaran de sus neuronas como Yoko se había apropiado de su corazón y su cuenta bancaria para siempre, hasta el fin de sus días.
El nacimiento definitivo de la leyenda lo provocó el psicópata de Mark Chapman que vació su revolver 38 sobre el cuerpo de Lennon que murió como quería, en los brazos de Yoko, con el cuerpo ensangrentado tirado en la calle con el asesino sentado en el cordón de la vereda esperando que llegara la policía.
Ese día el mundo perdió un continente.
Hace casi 35 años de ese día tenebroso.
Había menos libertad en el mundo. Menos derechos humanos en el aire. Había menos paz y amor.
Por suerte nos queda la esperanza de levantar la mirada al cielo y buscar el asteroide número 4147 que se llama Lennon. Pero es más fácil encontrarlo en cada rebeldía, en cada joven que quiere construir un mundo mejor. Allí está John, el que nos pidió que le diéramos una oportunidad a la paz… que en paz descanse, John Winston Lennon, a 75 años de su nacimiento, a 35 de su muerte, santificado sea su nombre.
La verdad, nunca fui muy adicto a la televisión, o sea, cada dos por tres un partido de futbol si me llamaba la atención, pero nada de clavarme a Netflix, o verme una telemaratón de 74 episodios seguidos de “Friends” o alguna huevada de esas …
Narciso Orellana, ve la luz del alba en su cantón , en el tambo con su padre, ayudándole a ordeñar vacas. Lo ha hecho toda la vida …lo sigue haciendo, es parte de él, de su vida, hábitos y costumbres …