Esto es para ti, mi siempre sol atrapado en el pasado
Tu el que me perdías en la realidad,
Tu mi refugio de deseos seguros y constantes ....
No te imaginas cuanto te busco en mis sueños,
Cuánto te llaman mis ganas, desde siempre, porque
Siempre vienes como mi refugio seguro de deseos,
Eres y serás, donde me perdí y encontré un día …
Y
Es que a fuerza de placer siempre me desnudaste el alma
Sin necesitar tanto
estremeciste mi ser haciéndome perder el control,
y rendidos el uno por el otro , solo quedaba el deseo,
uno mas pendiente para la próxima …
Refugio perfecto , intocable y silencioso mi sol.
Llenas de vida cada rincón al recordarte,
Con cada beso, me conectabas a la vida,
Y de pronto la nostalgia de mi piel,
Te busca en los sueños del pasado,
Donde tu boca y la mía se perdían,
a la hora del placer en una realidad interminable
Tu mi sol …mi refugio perfecto de deseos
Solo espero un día
Que haya un eclipse donde tú y yo coincidamos
Una vez más ,
Para explicarte a golpe de beso y entrega
Y con cada caricia apretada a ti,
Que tengo ganas de ti,
Como antes…como siempre ….
Eterno sol, de ojos claros
No me olvides por favor,
Y búscame en algún sueño
De esos perdidos donde te den
Un par de deseos que lleven mi nombre.
Y terminen en ganas mutuas,
Porque sigues y seguirás siendo,
Tu mi Refugio seguro de deseos.
El palo del sacudidor que Eulalia, sirvienta salvadoreña en Texas, menea mientras mueve su frondosa osamenta al ritmo de “La gozadera”, pega con el florero lleno de cardos, que no cae porque se detiene en la esfinge a escala de la Estatua de Libertad que al caer, tuerce el retrato del honorable Archibald Duster Jr. Fundador de la familia cuya barba de chivo queda orientada al suroeste.

Yo tenía 11 años, más o menos, vivía en Tegucigalpa, y me acababan de comprar unos tacos de fútbol horribles, con una franja naranja buscapleitos que cubría todos los laterales.
Por motivos de mi conocida arrogancia, prepotencia, alta estima de mí mismo y presto a acercarme a los cincuenta años, poseedor de todo el dinero y los recursos que se necesitaban, decidí perpetuarme, darme continuidad inmortal y crear (o sea no crearlo yo, sino que darle a un grupo tecnológico importante y avanzado) la tarea de crear otro yo.