
Ya me pasé la madrugada pensándote, reviviendo tus besos en mi piel, ya me pasé un buen rato cerrando mis ojos y encontrando la imagen perfecta , de ti en mí. Y yo en ti.
Tu mi hombre real de sueños húmedos. Sol cálido de mis días fríos y realidades de fantasía interminables.
Has hecho una tormenta de fuego dentro de mí, con esos besos que son de hipnosis, de muerte y vida al mismo tiempo, de ternura y pasión combinadas.
Tu ya sellaste con cada uno de ellos todo de mí, dentro de mí , ya me tatuaste con tus caricias cada centímetro con la perfección de tus labios y la creatividad de tus manos así enciendes mi mundo.
Ya sé que a estas alturas mi piel, te pertenece mis deseos también, lo que recién descubrí es que hipnotizaste mi mente y ya te convertiste, en mi dueño total.
Porque después de esa majestuosa y exquisita entrega de besos de hipnosis, no quiero más que sentirme así, sumisa a los deseos que mi cuerpo reclama por tu guía
Quiero de ti más besos de hipnosis, esos besos que son fuera de este mundo a tu ritmo, quiero besos de hipnosis con los que me haces sentir mujer por completo, vibrar y vivir en ti.

Después de sentirte una vez más, no tengo ninguna objeción en dejarme llevar siempre en tu línea de condena de placer ,que diseñas para mí en besos de hipnosis.
Que con solo verme me hace el amor, y me lleva al otro mundo si hace la magia con sus besos y esa boca que me derrite y me obliga por deseos propios a seguirte a otros universos si es necesario.

Ante ti me rindo, ante tus besos de hipnosis, me desnudo, no me resisto porque con ellos admito, que me atrapas silenciosamente, y me has desarmado con cada una de tus estrategias, en las que me vuelves tú prisionera de donde no quiero escapar más.
Me declaro hoy, adicta sin cura a tu boca que provoca y a tus besos de hipnosis, donde me renuevo una y mil veces.
La oleada socialista latinoamericana no es nueva, no nace con Fidel ni con Chávez ni Lula, nace con gente realmente intelectual y preparada para sobrellevarla …

En aquellos dorados sesentas, cuando la TV todavía era un elemento selectivo, lejos del alcance de nuestros confines proletarios, barrios obreros de mucha gente y pocas esperanzas, donde los sueños siempre quedaban postergados para fin de mes y de ahí para nunca ...

“En El Salvador no hay gente de piel negra, porque prohibimos su ingreso en el siglo XIX, para evitar la esclavitud”. (Muy erróneo pero muy repetido mito popular).