
Ya me pasé la madrugada pensándote, reviviendo tus besos en mi piel, ya me pasé un buen rato cerrando mis ojos y encontrando la imagen perfecta , de ti en mí. Y yo en ti.
Tu mi hombre real de sueños húmedos. Sol cálido de mis días fríos y realidades de fantasía interminables.
Has hecho una tormenta de fuego dentro de mí, con esos besos que son de hipnosis, de muerte y vida al mismo tiempo, de ternura y pasión combinadas.
Tu ya sellaste con cada uno de ellos todo de mí, dentro de mí , ya me tatuaste con tus caricias cada centímetro con la perfección de tus labios y la creatividad de tus manos así enciendes mi mundo.
Ya sé que a estas alturas mi piel, te pertenece mis deseos también, lo que recién descubrí es que hipnotizaste mi mente y ya te convertiste, en mi dueño total.
Porque después de esa majestuosa y exquisita entrega de besos de hipnosis, no quiero más que sentirme así, sumisa a los deseos que mi cuerpo reclama por tu guía
Quiero de ti más besos de hipnosis, esos besos que son fuera de este mundo a tu ritmo, quiero besos de hipnosis con los que me haces sentir mujer por completo, vibrar y vivir en ti.

Después de sentirte una vez más, no tengo ninguna objeción en dejarme llevar siempre en tu línea de condena de placer ,que diseñas para mí en besos de hipnosis.
Que con solo verme me hace el amor, y me lleva al otro mundo si hace la magia con sus besos y esa boca que me derrite y me obliga por deseos propios a seguirte a otros universos si es necesario.

Ante ti me rindo, ante tus besos de hipnosis, me desnudo, no me resisto porque con ellos admito, que me atrapas silenciosamente, y me has desarmado con cada una de tus estrategias, en las que me vuelves tú prisionera de donde no quiero escapar más.
Me declaro hoy, adicta sin cura a tu boca que provoca y a tus besos de hipnosis, donde me renuevo una y mil veces.

Básicamente por nada, por daños o fallas del producto vendido, por imperfecciones derivadas del mal manejo de cajas, contenedores que traían el producto y al abrirlo usted en casa, le salió una soberbia cochinada.

Él era un hombre sencillo llamado Sebastián, si nos ponemos a revisar las estadísticas no pasaba de ser un número más … bah! como lo somos todos.

1054. La fecha es simbólica. Es el punto final de una división que se venía gestando durante siglos. En 1054, el Papa de Roma, León IX y el Patriarca de Constantinopla Miguel I Cerulario se excomulgaron mutuamente y así comenzó lo que se conoce como el gran cisma del cristianismo …