No existe
para sumergirte en él
y pretender que su cauce se lleve
tu presencia que me falta
tu ausencia que me sobra
mujer de mi vida
un río del olvido
un borrador de memorias.
No existe
busco en el mapa
y sería tan necesario
para ahogar la falta de aire
para respirar en el exceso de ahogo
que me golpea con destreza
mujer de mi vida
un río del olvido
un leve barredor de tristezas
Si existe, sin embargo
y es parte de tu constante presencia
un mar
un mar de la memoria …
Y este mar de la memoria
devora las aguas de sus afluentes
y el río del olvido
de existir
moriría en su embocadura
Porque a tu fantasma
ese espacio vacío que quedó en tu lugar
no hay quien se acostumbre
y ningún otro sol es tu sol
aunque me alumbre …
Y la nostalgia,
asesina de mierda
siempre es un mal sueño ….
Por donde vayas, sabés que te miran, yo te miro, y sabés perfectamente que te estoy mirando, porque me miras mirándote, y yo te miro mirándome mirarte, es usual no ?
Entre 1945 – 1950, comenzó en nuestro país, la labor – a veces institucional, como en el caso de Cihuatán, otras veces particular, como en el caso de Tazumal – de preservar, descubrir y excavar los antiguos centros y sitios ceremoniales/habitacionales arqueológicos de nuestro país.
…con tan mala suerte, que se salvó, matando 24 pasajeros. Ese debió haber sido todo el título de este post, pero demasiado largo que nos narra un triste y luctuoso hecho de la vida real.