Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Tan áspera y profunda
En su humedad repentina
que me toca, me inunda,
tan pura y clara como el cáliz
que purifica todo dentro de mí…
Arrebatado tú conmigo,
como arreboles de vacío y placer
desnudo alazán al viento,
dueño y señor de tus sentimientos,
Dulce néctar
que se niega y se aleja,
pesadumbradamente cada día más…
de mis plenilunios y desvelos…
Éstos mis deseos oscuros,
locos y turbios deseos de ti
acoplándose al espacio, a ese infinito
que se acorta solo para tenerte,
solo para perderte en mí
como si en un instante mágico de cada día
solo con amarte, con tenerte y entregarme …
Nos bebimos el cáliz, el néctar, el amor…


En las junglas del Magreb africano, los animales se dividían en dos facciones claramente antagónicas, los de Agua y los de Tierra.

En los últimos días, con el estallido del conflicto entre ambas naciones, han pululado cien teorías diferentes del porqué de la guerra, desde las absurdas “Ucrania siempre fue de Rusia” (la fundan galos y griegos) hasta las más atinadas “pasa por el pisto de los gasoductos” …