Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Tan áspera y profunda
En su humedad repentina
que me toca, me inunda,
tan pura y clara como el cáliz
que purifica todo dentro de mí…
Arrebatado tú conmigo,
como arreboles de vacío y placer
desnudo alazán al viento,
dueño y señor de tus sentimientos,
Dulce néctar
que se niega y se aleja,
pesadumbradamente cada día más…
de mis plenilunios y desvelos…
Éstos mis deseos oscuros,
locos y turbios deseos de ti
acoplándose al espacio, a ese infinito
que se acorta solo para tenerte,
solo para perderte en mí
como si en un instante mágico de cada día
solo con amarte, con tenerte y entregarme …
Nos bebimos el cáliz, el néctar, el amor…

Yo era un perrito de color negro con parches blancos en todo mi cuerpo, fui secuestrado o quitado por unos niños de una camada de 6 perritos que habíamos nacido en plena calle. Me acobijaron en una casa donde era la atención de los niños y los padres, recuerdo que fue una discusión cuando quisieron ponerme un nombre, salieron a relucir nombres de emperadores romanos, reyes, artistas, políticos, al final me pusieron un nombre desconocido y creo que hasta inventado, desde entonces soy conocido como “Blandin”, todos me llamaban por ese nombre: “Blandin”.

“Ahhhhh noooo!” – ya escucho las quejas desde el otro lado de este blog – “futbol, futbol, otra vez, primer post del año y otra vez escribiendo de futbol !”
Aleluya! Albricias y enhorabuenas! He descubierto que entre mi caudal de defectos múltiples, tengo un punto a mi favor, no soy ningún superhéroe, pero tengo visión de Súperman.