
Siempre mirando el cielo, atento, vigilante, ese pedazo de cielo que asoma entre los altos muros, los que no puede saltar, debe estar pendiente a esa porción de cielo, que el enorme laberinto al que lo han ido a tirar, no le permite alcanzar, no hay salida alguna …
Lo han ido a tirar ? Lo han confinado más bien, los mismos que hace seis años le palmeaban la espalda, le decían “dale .. anímate, vos sos el hombre”, “te apoyamos, no vas a estar solo, vas a tener todo el partido a tus espaldas, apoyándote y apuntalándote” … sonaba bien.
El minotauro se relame las heridas, solo, aislado, en ese indescifrable laberinto de paredes de más de 7 u 8 metros … donde el sol no alcanza a entrar pero él lo observa, como antes, estuvo convencido, que el sol mismo era él, o que el sol alumbraba solo porque existía él.
“El poder enferma, tené cuidado” le habían dicho ..era tarde, él ya estaba enfermo de poder antes de tener el poder mismo, y sus primeros exabruptos fueron contradecir la misma filosofía de quienes lo habían apoyado, para favorecer y favorecerse de sus “amigos” … ahí comenzó la debacle desde el mismo inicio.
Y creyó que cada micrófono, o cámara que se le ponía enfrente, estaba hecho para que él dijera solo lo que él quería decir y no lo que el pueblo quería saber …entonces sus pies se fueron despegando del suelo … alejando de la tierra, de la verdadera raíz deel pueblo que lo había elegido.
Y casi de inmediato fueron más importantes los aviones, los vuelos nocturnos, las mujeres ajenas, el cinta azul, las anfetas para levantarse, las pastillas para dormir, una realidad propia, ajena a las necesidades y clamores de su gente …

Recorre el laberinto con paso lento, con andadera, con bastón, nunca sabe si este tramo ya lo recorrió o es la primera vez que lo camina, siempre mirando ese segmento de cielo … pendiente …
Porque cuando su imponente diatriba y verborrea de cernícalo neurótico, ya no tuvo sentido, los mismos “amigos”, los mismos de la palmadita en el hombro, se fueron desmarcando del Minotauro, lo fueron dejando solo … y cuando las verdades que él llamaba mentiras comenzaron a fluir y salir a la luz, en diarios digitales, tradicionales, investigadas, con asidero de pruebas que solo sus mismos “amigos” pudieron haber proporcionado a los medios … se dio cuenta que nadie iba ya a defenderlo.
Y cuando su presencia fue un estorbo para una eventual candidatura de su cónyuge (la de verdad), lo metieron a este laberinto, solo, lastimado, herido …
Donde pasa sus días y noches, despierto, caminando apenas …
Mirando al cielo …siempre …
Porque sabe que de ahí … en tropel
Habrán de llegar los cuervos que él mismo crió …
a sacarle los ojos …

Lo más divertido del fútbol, es que nos apasiona lo que los jugadores hacen con los pies, pero en un inicio, todo se jugaba con las manos … al revés de lo que hacen los dirigentes, que jamás pusieron los pies pero son los primeros en meter la mano.

Debajo del zapato viejo con tres días de uso, los calcetines sucios y tu mirada enfocada hacia ninguna parte, un pedazo de periódico de ayer, reza la noticia ... y habla de ti ...“Mala madre” ... dice.
En el puesto de la policía, donde cumples tus setenta y dos horas en una banca vieja de madera, la gente pasa, va y sale, apurada haciendo nada, encargada de todo, conversadores de cafetería, pero les queda chance para señalarte ... “Mala madre” ... dicen.

El día 5 de noviembre de 1811, cuando José Matías Delgado, sonó las campanas de la Iglesia La Merced para dar el Primer grito de Independencia, probablemente no gritó nada, probablemente no estaba ahí sino en el Cabildo y la torre de La Merced ni siquiera tenía campana todavía, es más, puede ser que el mentado grito no se diera nunca.