Yo soy un amante de la femineidad, o sea, de todos aquellos rasgos, gestos, ...
O mejor … lo voy a decir claramente y sin preámbulos: si no hubiera ...
Tu me haces sentir el hombre más horrible del mundo ...
Japón, un país magnifico y sobre todo bellísimo en cuanto a tradición, educación, cultura, ...
En aquellos dorados sesentas, cuando la TV todavía era un elemento ...
Por una vez dame de beber,
la última gota de vida y placer
antes de morir entra a mi piel.
Circunstancialmente yo dejo de ser yo, me convierto en una bestia abyecta, ponzoñosa, un alacrán venenoso, sin la más mínima pretensión de dañar a nadie … y en realidad no daño a nadie, aparte de a mí mismo …
El burlón, bromista, el “enganchador”, el que goza metiéndole una mentira a “x” hasta que “x” se avive y se de cuenta que eso es imposible y todos se maten de risa … los que ejercen la tomadura de pelo como vocación ….
Había construido una fortaleza en su casa, un muro perimetral de hierro con cemento la cercaba, arriba de éste alambre de púas electrificado para contener a alguien con la intención de robar, puso el mejor sistema de seguridad con video cámaras incluidas.
Yo te di, o al menos intenté darte, todo de mi ... tu me diste nada.
A nuestro país, llegan con un “pajeadito” muy particular, muy extranjero con mucha verborrea y muy poca vergüenza, una serie de personajes, expertos en nada y solucionadores de todo (tipo nuestros diputados, pero viniendo de afuera).
© Daniel Rucks 2025