No se complique, ni replique, no se pique, si ya salió su nombre en el ticket, vaya buscando su propio tabique, no se achique Don Enrique ...
Fue un pequeño desliz del Sr. Ministro de Comercio Exterior y Buena Letra de aquel pequeño país, en aquel año 2019, pequeño, insignificante error, pero de enormes beneficios y muy bien anotado y reportado por la Prensa, primero Nacional y de inmediato Internacional.
Por un lado, los cholos, los desposeídos, por otro lado y con todo un Atlántico de por medio, el naciente Tercer Reich, Nazi, con Austria (país natal de Adolf Hitler) semi anexionada, y con el instinto obsesivo de Hitler de demostrar ante todo, y por encima de todos, la supremacía de la raza aria.
Corriendo a metros apenas, pero lejos del último vagón del último tren a Moscú, seleccionados vestidos de azul, y un cacho más atrás …algo rezagados el “Primi” y su cuerpo técnico.
Y la controversia va más allá del hecho que separadamente, dos inventores hayan presentado independientemente en las oficinas de patentes de los USA, el mismo invento (el teléfono) a la misma hora con distintos husos horarios, abarca toda la rumorología (para que vean que no solo en El Salvador somos adictos al chambre) que acarrea el suceso.
El estudiantado de los setentas, en toda América Latina, estaba en ebullición, era revolucionario por imitación y en pocos casos por convicción, prueba de ello es que pocos de sus líderes pasaron a planos mayores.