Hubo una época, me precio de haberla conocido, cuando el fútbol era más garra y entrega en cancha, y los resultados eran apantallantes, en pocas palabras … los Dioses paganos del fútbol eran los jugadores, los que daban la vida y hacían cabriolas en la cancha ….
Me contaba un compañero de trabajo, hace unos días, que le dijo a si hijo pequeño, “mirá vamos a ver la tele que hoy juega la Selección”, el niño entusiasmado, se sentó con su padre, y cuando vio que era la Selección Maypr Salvadoreña,le dijo a su padre:
Se apellidan Batres, Perdomo, Portillo. Gallo, Velásquez, Ruiz, Robles, Ramirez, Bonilla … y varios otros que se han encargado, y se encargan, a lo largo de los tiempos, de devolvernos la felicidad, la alegría, la ilusión a los salvadoreños.
Se vienen las semifinales del Fútbol Nacional (si señor, así con mayúsculas, para usted que no vive, no respira, si un fin de semana no ve al Real Madrid, a la Juventus y al Bayern Munich en fila, pero no tiene la más mínima idea donde queda Jocoro), y eso es asunto delicado …
Quien dice qué no? Quien nos detiene? Quien dice que este día, que todos los pamperos nos vestimos de gloria, la gloria del Firpo de ayer, hoy y siempre … no sea el día en que este, nuestro Luis Ángel Firpo, no despegue de todos los momentos amargos que nos ha tocado vivir?
Para todos los contras, los que no querían vernos de nuevo, para todos los que citan y recitan la frasesita de que "somos de segunda" o "Firpo no existe", que estamos muertos, que somos de la "B"

Nunca jamás, a lo largo de casi un siglo, hemos celebrado este día sin un equipo al cual celebrar, así de desastroso es este momento de C.D. Luis Ángel Firpo …

- - No puedo prometer serte fiel toda la vida – dijo Margarita, mirando la cara de David, con quien se casaría al día siguiente por lo civil y dos días después por la Iglesia.
- - Que … me ..?. - David no pudo responder nada.
- - Que no puedo prometerte serte fiel David …
Ustedes se han dado cuenta, de lo extraño que resulta decir … “me voy a descansar, me voy de viaje y a un hotel”, pero que extravagantes son los hoteles! Cuando llegás, hasta se pelean por ayudarte a subir las maletas a la habitación, pero cuando te vas, no te las baja ni Dios.