Hubo una época, me precio de haberla conocido, cuando el fútbol era más garra y entrega en cancha, y los resultados eran apantallantes, en pocas palabras … los Dioses paganos del fútbol eran los jugadores, los que daban la vida y hacían cabriolas en la cancha ….
Me contaba un compañero de trabajo, hace unos días, que le dijo a si hijo pequeño, “mirá vamos a ver la tele que hoy juega la Selección”, el niño entusiasmado, se sentó con su padre, y cuando vio que era la Selección Maypr Salvadoreña,le dijo a su padre:
Se apellidan Batres, Perdomo, Portillo. Gallo, Velásquez, Ruiz, Robles, Ramirez, Bonilla … y varios otros que se han encargado, y se encargan, a lo largo de los tiempos, de devolvernos la felicidad, la alegría, la ilusión a los salvadoreños.
Se vienen las semifinales del Fútbol Nacional (si señor, así con mayúsculas, para usted que no vive, no respira, si un fin de semana no ve al Real Madrid, a la Juventus y al Bayern Munich en fila, pero no tiene la más mínima idea donde queda Jocoro), y eso es asunto delicado …
Quien dice qué no? Quien nos detiene? Quien dice que este día, que todos los pamperos nos vestimos de gloria, la gloria del Firpo de ayer, hoy y siempre … no sea el día en que este, nuestro Luis Ángel Firpo, no despegue de todos los momentos amargos que nos ha tocado vivir?
Para todos los contras, los que no querían vernos de nuevo, para todos los que citan y recitan la frasesita de que "somos de segunda" o "Firpo no existe", que estamos muertos, que somos de la "B"

Nunca jamás, a lo largo de casi un siglo, hemos celebrado este día sin un equipo al cual celebrar, así de desastroso es este momento de C.D. Luis Ángel Firpo …
Nuestro principal problema, como seres humanos, habitantes todos de este planeta en común, es que pasamos confundiendo la flor que cuidamos en una maceta con el bosque que no nos rodea … o debería rodearnos, o quizás alguna vez nos rodeó.
Querida Amparo del Recurso:

Esa es la principal característica de las pilas. Que son como el papel higiénico, las toallas sanitarias, o como la paciencia de las madres; solamente nos acordamos de ellas cuando se acaban y no tenemos ninguna a la mano. Tú estás escuchando tu walkman lleno de felicidad y de repente Justin Bieber se convierte en la Just In and not Sober: se oye cantando como borracho de cuneta.