No es que a nuestros jugadores les hayan nacido alas en los pies como al mítico Hermes, los tres pulmones de los “guerreros de playa” vienen con la marca de nacimiento allá en Rancho Viejo, La Pirraya y Barra de Santiago, pero su magia para atajar el último penal gringo y convertir el nuestro … no es obra de Merlín el mago del Rey Arturo.
En Roma los juegos de gladiadores eran espectáculos muy populares, muchos de ellos enfrentaban a hombres entre sí en una lucha hasta el final. Aunque las muertes por heridas de guerra eran comunes, las representaciones artísticas de la época nos dicen que las batallas no siempre fueron peleas sin límites hasta el final de la vida como las describe Hollywood.
Aquel instante, del 16 de julio de 1950, cuando Alcides Ghiggia toma la pelota , con el marcador Brasil 1 Uruguay 1, y la clava en el ángulo derecho para subir el marcador a 2 para los celestes y pocos minutos después, consagrar a Uruguay campeón del mundo por segunda vez, varias muertes se desencadenaron ..
11 personas se suicidaron en todo Brasil, incluso una en el mismo Maracaná, solo un hombre, viviría dos muertes, después de ese suceso.
Me sacan totalmente de onda, los gringos, estadounidenses, a los que el fútbol les importa un carajo.
El futbolista de Niza, Alexis Beka, recién el viernes 29 de septiembre pasado, detuvo su vehículo en lo alto de una autopista y trató de lanzarse al vacío.
Los años 30´s y un par de décadas que le siguen, se caracterizaron, en América Latina, por el surgimiento casi simultáneo (aunque no planificado, según ha podido probarse) de gobiernos duros, férreos, dictadores de extracción militar, un poco para alinear el crecimiento de los países en cuestión en materia económica y de planificación urbana …
Hay demasiada gente interesada en que el Luis Ángel Firpo no vuelva a primera, hay demasiada gente que cree que solo nombrar al equipo ya implica que aparezcan miles y miles de dólares de la nada. Hay gente que se llena la boca acusando a las barras Firpenses de violentas …
Te pido un imposible, algo raro,
eso que condenó nuestro deseo
al baúl del recuerdo prohibido