Entre vapores de sudor y óxido, un gimnasio popular –un Olimpo de la cuadra– es el escenario de la disputa diaria entre muchísimos caracteres que usted y yo conocemos, muy bien … es más, yo lo sé de buena fuente …
Este asunto de lo largo … de los nombres, da para escribir cinco o seis posts sin lugar a dudas y nos quedamos cortos … por lo largo.
Soy un niño de nueve años, compartido, se preguntara usted porque compartido? bueno… porque pertenezco a dos territorios parcelas diferentes, la de mi papá y la de mi mamá…
No, no es que me haya equivocado de refrán, es simple, triste y contundente, en nuestro país el que a hierro mata… cuchillo de palo.
Estaba en el entierro de una persona, al parecer había fallecido de causas naturales, el cuerpo estaba tendido sobre el ataúd de madera color negro, lo habían vestido con un traje oscuro, la corbata estaba acorde con el traje, las manos habían sido puestas entrecruzadas sobre el pecho, no parecía que estaba muerto más bien parecía que estaba en un sueño muy profundo, varias coronas y arreglos florales estaban alrededor suyo, la imagen parecía de tranquilidad; varios parientes lloraban la muerte del difunto, miró a su alrededor y todos los asistentes vestían de color negro, le llamo la atención una señora ya anciana vestida toda de color blanco, se acercó donde ella y entablo comunicación, ésta al verlo le dijo:
El Centro de Altos Estudios para el Sarcasmo y Cinismo “Woody Allen”*, ha introducido entre sus temas de currícula, un desafío complejo, la tesis doctoral “24 reglas para convertirse en un Súper Macho”.