El periodista se dirigió al oeste del país, haría un reportaje en un pueblo muy alejado de la capital, oyó que en ese pueblo nadie hurtaba o robaba algo, le pareció que era una buena historia y a la vez haría el reportaje, decidió desplazarse hacia allá para corroborar e investigar sobre ese hecho, recorrió en su auto varios kilómetros hacia el oeste, al cabo de 6 horas notó un letrero que anunciaba la llegada al pueblo, el letrero estaba en color verde las letras en color blanco justo debajo de éste otra inscripción que decía: “No Robarás”.
Si no me hubiera reventado la cabeza contra aquella puerta de vidrio, 17 puntadas, una cicatriz que medio me tapo con el pelo, tal vez nunca hubiera aprendido a caminar viendo para adelante.
Un virus que ataca algas verdes (ojo, dije algas, no nalgas … no sea tan xxx, aparte donde las va a encontrar verdes ?), es el mismo que nos ataca a seres humanos a nivel cerebral y nos deja parcialmente idiotas … a algunos, quitándole lo “parcialmente”.
La mesa futbolera se juntaba los jueves, entre otras cosas, era el día ideal, había permiso de salir con los amigotes, y no interfería por si había fecha entre semana, o sea miércoles, para ir a ver los partidos al estadio.
Aquel instante, del 16 de julio de 1950, cuando Alcides Ghiggia, con el marcador Brasil 1 Uruguay 1, clavó en el ángulo derecho el gol para subir el marcador a 2 para los celestes y pocos minutos después, consagrar a Uruguay campeón del mundo por segunda vez …
"Toda mi vida fui muy sola; por eso me he metido en tanto camino oscuro, soy la mujer más fea del planeta"(Violeta Parra)
Cuenta la anécdota, que desde adolescente, Violeta Parra recorrió las aldeas polvorientas de Chile a en un circo ambulante. Ella y su hermano Lalo entretenían al público rasgueando cuecas en la guitarra.