Es como en un “Big Brother” concebido en la más febril fantasía de George Orwell, los salvadoreños somos vigilados, espiados, señalados, apuñalada nuestra privacidad a diario y sistemáticamente.
Todavía nos recuerdo, tu y yo y una amiga del lado de afuera de la puerta de juncos, avisando si alguien venia, tratando de hacer o deshacer el amor frenética y sudorosamente, mientras ahogábamos nuestros gritos y jadeos escuchando Radio Saigón.
Necesitamos tener unas gónadas del tamaño de un huevo de avestruz; el empuje y la garra de un jugador de la Selecta de Playa, es más, tres pulmones como tienen los guerreros de playa.
Es en particular, grande la euforia que tenemos en nuestro país y aledaños, por el Mundial Brasil 2014, lo cual me alegra, porque siempre es mejor escribir de esta chimbomba divina, y su historia, que hablar de la falta de cerebro de nuestros diputados, empezando por su Presidente, que aparte de todo, nos regala a los padres este “Asueto Nacional”, pasemos al tema que envuelve ambas puntas de la fecha.
Paulina redactó el mensaje y luego lo plasmó en un “template” navideño, que traía su computadora, lo miró le gustó, se lo mandó a si misma, y a continuación lo envió a todos sus contactos de WhatsApp.
El año pasado 2015, fuimos testigos de los efectos devastadores que el fenómeno de “El Niño” puede tener sobre el planeta, y más sobre nuestra área … preparémonos, para el 2016, puede ser peor …