En 1944, el Dictador Maximiliano Hernández Martínez, después de la emancipación de todo el pueblo salvadoreño, con huelgas de brazos caídos, levantamientos públicos, verdaderas manifestaciones populares, entendió, que El Salvador ya no lo quería más como Jefe de Estado, que ya se había cansado del “brujo de las aguas azules”, por lo que después de aferrarse al poder … renunció en un comunicado y se despidió con esta frase …

No hay silencio en esta noche fría
no hay silencio en este amor desesperado
Supuestamente, la invención del beso se le achaca a los franceses, por aquello del “beso francés” lo que parece ser falso, según veremos … pero suena irónico que el estudio de los peligros de besarse, surjan de una investigación hecha en la misma Francia ¡!??

Con un hola pudimos acercarnos,
con timidez honrosa nos dimos la mano

Nuestra política salvadoreña es una eterna “caja de Pandora”, salta la liebre por cualquier lado, todos roban, algunos centavean y otros arrasan, algunos mantienen damas y otros mantienen vicios, unos mantienen apariencias y otros mantienen cuentas en el extranjero, otros mantienen la sumatoria de todas las anteriores
Empecé a trabajar antes de cumplir 18, por cuello y por necesidad, quería seguir la Universidad y el dinero no alcanzaba en casa para mi futuro, el que me trazaba, como Biólogo Marino (“Biólogo marino? – me decía mi papá – de que vas a trabajar? Limpiando peceras?”).