Muchas veces pensamos que aquellos que viven con cinco mil personas enfrente de un escenario, coreando sus canciones, las estrellas …deben ser las personas más felices del mundo.
Qué pasa cuando un niño recoge en la calle un chicle ya masticado y se lo mete a la boca sin que la madre lo sepa? Es posible el sexo después de los cincuenta años, aun con la esposa propia? Cómo putear a un contestador telefónico que transmite la quinta sinfonía de Beethoven antes de la voz grabada de la operadora?
Oscarito, era chiquito muy chiquito, vivía con su padre ( al menos así le llamaba él) que era muy pero muy viejito, y estaba muy enfermo … (al menos eso decían en el pueblo, la verdad nadie la sabía).
Cada día son más las soluciones sin fundamentos que nos regalan sin tener la convicción verdaderamente de querer ayudar a nuestra juventud.
Estoy pensando seriamente, porque me hace mal, porque me duele, porque me obligas a usar máscaras, y aparecer sonriente, digo ..estoy pensando seriamente dejar de quererte.
Nos quedamos hablando del grave problema de la escasez de asientos y la abundancia de bolos en los cócteles, las estimadas señoras y señoritas que poseen un buen busto y lo “presumen” (como se dice ahora aunque no tenga nada que ver) terminan con un chorro de baba en el escote de tanto borracho que les pone la cabeza en el hombro … nasty!