Estamos plenamente conscientes que el paisito está quebrado, ya revisaron y saquearon todas las gavetas y no hallaron nada más, o sea que es el momento en que nos pongamos de solidarios y entendamos que vamos a tener que agregarle unos cuantos dólares más a nuestro pago de renta … no podemos dejarlos solos.
Un día de estos, revisando entre tantos libros de biografía que tengo, y que he releído tantas veces, me encontré con una biografía de Walter Lippman, conocido comunicador y filósofo, donde un párrafo me causó enorme preocupación:
Resulta que esa mañana Aristóteles (si, el insigne filósofo) amaneció bastante huevón … no le dio la gana de ir a las clases de su maestro Platón, que escupía más al hablar que el diputado Gallegos y de remate le caía mal, tanto así que toda su filosofía terminó basándose en lo opuesto a lo que Platón enseñaba …
En casi todas las culturas, tirarse pedos (Diccionario Real Academia: Ventosidad que se expele del vientre por el ano) se considera desagradable, incluso odioso. Y, sin embargo, ha seguido siendo una fuente de alegría sin fin durante siglos especialmente para hombres y niños.