Malas palabras son hambre, miseria, holgazanería gubernamental oficial, compra de diputados, corrupción, pueblo muriendo en cuotas lentas por falta de medicinas en los hospitales, desnutrición, mortandad infantil de 70.5 niños por cada mil ...
Resulta que se han confabulado, varios aspectos, para que los zombies o muertos vivientes, que antes nos mataban de miedo, hoy sean objeto de devoción casi aspiracional.
En nuestro país existe una rara calificación que se utiliza para darnos taco de cierta cualidad excepcional que podríamos llamar la “viveza guanaca”, si realmente el término “guanaco” no se nos viniera en caída tan peyorativa desde hace unos 40 años.
Metan los payasos, de urgencia ..que improvisen ! Que entren con globos, alegría y jolgorio …el trapecista acaba de caer … se acaba de hacer mil pedazos contra la pista, la esencia de su ser …
Muchachos preparemos la cortina de humo
uno para todos, todos para ninguno
elijamos pareja, elegante y con esmero
Bailemos compañeros el vals del desafuero
Un día de estos, hace años ya, unos cuantos a decir verdad, estando con toda la familia en misa, esas misas para niños que ponen a los chiquitos adelante y el sacerdote que no se las quiere tirar de el “Steve Jobs de la teología” habla en lenguaje coloquial, Monseñor Delgado (que lo maneja muy bien) trataba de explicar a los niños las diferencias entre el cielo y el infierno, el bien y el mal, entre “arriba y abajo”, empezó a preguntar a los niños si preferían ir “arriba o abajo”.