El estudiantado de los setentas, en toda América Latina, estaba en ebullición, era revolucionario por imitación y en pocos casos por convicción, prueba de ello es que pocos de sus líderes pasaron a planos mayores.
Siempre era igual, la misma cantarinela al comenzar el año escolar, todos los alumnos mal portados, buscapleitos, lenguas largas, mechas cortas, ladronzuelos rapaces … iban a parar a la clase de Seño´ Probidad.
Yo ser un indio Pocomame . Yo vivir lugar tranquilo hasta que hombre blanco
venir. Todo comenzar así: Pocomames conjugar siempre verbos en infinitivo y así vivir en paz, sin presente ni futuro, sin Taylor Swift.
El pueblo existe, no es invento ni fantasía mía, aunque parezca … la historia es cierta, no es invento ni fantasía mía, aunque parezca …
Siguiendo con el estudio del Fisiólogo Jeffrey Pon T.S. Condom, de la Universidad Angry Birds de Pasadena, debemos decir que este ensayo se vio enriquecido por el aporte del famoso criminólogo Ferdinand Al Bote, quien conociendo la clase y tipología de presos en cárceles del mundo planteó que un equipo de fútbol, básicamente debía componerse de criminales:
No sé si es pila mía, o si le pasa a algunos más, pero el entusiasmo del viaje, de salir de la Patria, de ir a conocer el mundo, me alegra un rato … y después me llega el bajón …