
La señorita se llamaba Amanda, tenía el pelo largo y recogido en una cola de caballo. Llevaba una mochila pequeña en la espalda. Pasó llorando por el andén izquierdo de la estación del metro, y de las diecisiete personas que cruzó en el camino, doce la escucharon llorar claramente, porque no era un llanto contenido; era un desahogo ... desgarrador.

Querido Baldomero:
Perdóname si no te he escrito antes, pero debo de serte sincero, no he tenido mucho ánimo de tomar el lapicero, ya sabés que escribir con las patas cuesta, aunque hay muchos que han hecho de la escritura de esa manera su forma de vida, se llaman troles y escriben con las “patas” no con el cerebro, pero ese no es el tema …
El delegado llegó al hotel de Zurich, contento por las expectativas… cinco días panza arriba, congreso, votación, adiós …

Jacinto Pichimahuido, profesor de Ciencias en una Institución Educativa del país, se enamora visceralmente de una Instructora de Artes que trabaja en la misma secundaria, y estudia por medio de generosas becas, por eso ella se llama … Re – Beca …
He descubierto, mujer de mis sueños, en este recorrido a través de mis ilusiones y mi anatomía, que me es totalmente imposible quererte con el corazón…