Tuve a Dios, y tuve fortaleza para desafiar al diablo, tuve un hogar y éste era remanso de descanso de mi ser exhausto reposando sobre tus rodillas, tuve canciones y tuve poesía, tuve verdades y tuve mentiras, tuve sueños y tuve desvelos …
Mi Sol brilla en el frío, que marca su ausencia , sabe como quemar así de lejos, ante la carencia permanente de su presencia , llenándo de su calidez cada poro de mi piel que lo espera.
A inicio de los setentas, yo era pianista de un bar, donde Rita era mesera.
Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…
Suele ocurrir en el momento más inoportuno, digamos … un grupo de amigos, amigas (que las mujeres son filosas para este aspecto), te pega el grito al verte entrar, de lado a lado de un antro y justo cuando la música hace silencio.