Hace mucho tiempo, yo tenía una novia buena y hermosa. Me amaba con una devoción tal, que no pude resistir la tentación de ser malvado. Me solazaba en la traición, en el capricho, en la impuntualidad, en la mentira gratuita.

Mi amigo “la nutria” estaba un poquitín borracho, habíamos empezado a tomar desde que llegamos a Las Vegas, Nevada, hacía 2 horas atrás. La emoción de estar en esta ciudad nos había desbordado, era el sueño hecho realidad.



Pitágoras Thompson, quien la noche anterior se había ido a dormir, millonario y prolífico, rebosante de salud y joven, altanero y soberbio, amaneció casi en la indigencia, la mañana siguiente.

Por amor de Dios, pocos seres vivientes tienen una vida tan desgraciada como la nuestra, o sea me refiero a los balones de fútbol profesional (ah, que usted creía que no somos vivientes?), No. 5, que venimos a parar a las patadas en torneo burocráticos de cuarta categoría.

Cuando se abre el telón Alfredo y Bernal ya están en el centro de la escena, conversando sin mirarse. No tienen más de cinco años cada uno. Están en la caja de arena de un espacio público, un parque o plaza, rodeados de baldecitos, moldes y juguetes.
Como personas pasamos en promedio días, meses e inclusive años realizando distintas actividades diarias : comer, dormir, bañarse, sentarse, etc., etc. En promedio cada persona adulta (consideremos los 45 años como promedio) pasa 395 días haciendo o esperando algo en una fila.

Voy a decirles que admiro mucho a los egipcios: por su dominio de la astronomía, la belleza de sus pirámides, el desarrollo de su agricultura, su sentido de la cosmética, que hace que las mujeres, de por si lindas, se embellezcan aún más…

No te faltan arroyos para juntar la fuerza de un rio ni ríos para proclamar la serenidad del mar ...