
Perderme es mi camino y encontrarme entre tus besos parece que es mi destino. Vuelvo siempre en busca de ti,





Augusto, a gusto en Agosto (que todavía no se llamaba como tal sino Sextil, y de eso se trata esa historia), se regodeaba en su reclinatorio en el Palacio Palatino, refrescándose sus imperiales gónadas con hojas de palma que batían esclavos y esclavas númidas (por las dudas, nunca se supo bien para que lado pateaba el tal Octavio Augusto).

Somos terriblemente resultadistas, queremos ganar todos los partidos con todas nuestras selecciones, sin darnos cuenta que ningún DT, de ninguna parte del mundo, va a resolver este caos que es la estructura del futbol nacional actual.
Esta vida de espía al servicio de Inteligencia de Su Majestad, me está rompiendo un poco los … “testis”