Una hermosa mañana de abril, por una callecita de la ciudad, Lucas se cruzó de frente con la mujer perfecta. Tendría unos treinta años, igual que él. No era particularmente hermosa, ni tenía nada especial, pero a quince metros de distancia supo con certeza que esa mujer era perfecta para él.
Cuando el psiquiatra intentó encontrar las causas o el origen de lo que con el tiempo se convertiría en mi depresión, llegó a la conclusión de que fue por la suma de una serie de eventos desafortunados y pérdidas de personas muy cercanas y amadas de quienes tuve una gran dificultad para aceptar su partida y dejarles ir.
Desde hace una semana que vengo con una duda que me carcome los intestinos. Pero hubo tanto ir y venir con el tema de las lluvias, la Independencia que celebramos desde hace 201 años pero que no era tal, y ésta que lo es aún menos, la crisis del Firpo que ya estaba cantada, que recién ahora puedo sentarme otra vez en casa y mirar a mi alrededor.
Somos los tristes escombros que dejó el alud
despojos de lo que fuimos
y quizás nunca
volveremos a ser
Acabo de denunciar en el Departamento de Convivencia de la Procuraduría, a Doña Glide, que vive al lado de mi casa y tiene Alzheimer y le ha agarrado por escupir a la gente que pasa por la acera , desde la ventana.
Para conocer un poco más de este detectivesco personaje de mi invención, es bueno leer “Johnny Acetileno” http://danielrucks.com/~danielru/index.php/cuento-breve/1386-johnny-acetileno en este mismo blog.
Una semana … me escribió, una especie de nota de ultimátum … una semana y ni siquiera un día más, ni una palabra más … es lo que me da de tiempo … para rescatar nuestro amor.
Ahora si usted quiere un verdadero prototipo de hijo de puta, Esteban, un real hijo de su madre anote el nombre de Iván Pavlov, fisiólogo …ruso.
La historia de la goma de mascar se remonta a los antiguos griegos, que masticaban la resina de los árboles de lentisco, dizque para cuidar su higiene dental, acá por nuestros trópicos como no teníamos lentiscos y aun no se les daba por descubrirnos, tenemos un origen más propio.
Creo que todo empieza con la celebración de nuestro último aniversario, estábamos en un restaurante y de pronto, de la nada, vi una reacción rara en tu cara, una mirada que no me pertenecía. Ingenuo como suelo ser, seguí la línea de tus ojos y justo entraba un fulano al lugar, quien no sé quién es … ni conozco … pregunto inocentemente …