Hace muchos años, siendo apenas un niño, quien hoy es don Américo se fue a su habitación a hacer la maleta más triste de su vida. Su madre, a la que nunca más volvería a ver, le dijo antes de que el hijo partiera: «Nunca traiciones tu origen milanés, Américo, y jamás te irá mal en la vida».


Después de un año de muchas peleas, un amigo mío decidió dejar a su novia, Mónica, porque sentía que ella no tomaba su romance en serio.


Pues por burdo que parezca (*), se realizó un seminario en la prestigiosa Universidad de Princeton, Estados Unidos, acerca del tema "Sociedad y cuentos de hadas".

Vea, Don Profe… y disculpe usted que lo llame así y no Presidente de la República de El Salvador, como compete a su investidura, pero es que el título último ha estado en tan malas manos los últimos años, que hasta insulto podría parecer … y no sé, se me ocurre que para lo que le quiero decir, es más fraternal llamarlo “Profe”.

Nuestro pasado, a veces está tan cerca, tan al alcance de la mano, que parece mentira que nos rompamos el cráneo tratando de inventar la máquina del tiempo para retroceder en la Historia.