
Las heridas del alma, son cicatrices que las actitudes del mundo … van dejando en nuestra sensibilidad, no sé, puede ser que eso le pasara a la niña que pintaba corazones en los muros.



Es como un imán difícil de explicar, ves una ventana, semi abierta, o que permita una rendija de visibilidad de su interior … uno se acerca ,,, y fisgonea … todos somos "chutes",

No te sofoques López, no me provoques, aprendiz de palitroque, cerebro de bodoque, sin filtros y sin retoques, Rey Midas de disloque convertirás en caca todo lo que toques ...
La penúltima vez que salí disparado de un cañón fue cuando Ofelia se mandó a mudar con Maxi, nuestro hijo y me dejó. Harta, cansada de tanta pobreza, para siempre.
Tuve el chance de conocer Pénjamo, después de haberme empilado con el nombre de la locación por la canción, rancherota hermosamente descriptiva de José Alfredo Jiménez,
que lo pintaba como un pequeño paraíso rural…
Fue una de esas desafortunadas coincidencias, iba de viaje de negocios, en el aeropuerto me encontré con Ramiro, buen amigo de infancia …