Tal vez porque, al igual que el Redentor, supieron, al dar sus primeros pasos sobre la arena, que su vida estaría destinada a cargar una cruz.
Por obra, gracia y dedos cuicos de algún operador del FedEx Field en Washington, Zas ! nos cambiaron la nacionalidad !
Ver jugar a Jorge González siempre fue un espectáculo, escucharlo hablar, es un lujo …
El mercadeo deportivo es vital, es una nueva rama de estudio y aplicación ya ! El fútbol lo ha heredado de la mercadotecnia estadounidense, que en BKB, Hockey y Futbol Americano mueven millones desde hace años.
Hay demasiada gente interesada en que el Luis Ángel Firpo no vuelva a primera, hay demasiada gente que cree que solo nombrar al equipo ya implica que aparezcan miles y miles de dólares de la nada. Hay gente que se llena la boca acusando a las barras Firpenses de violentas …
… se vale llorar, que llorar también es de hombres. De hombres, mujeres, niños y niñas que lloraron el domingo en el Sergio Torres, unos por los gases lacrimógenos, otros por que entendían que una ilusión se había roto … parcialmente.
Somos terriblemente resultadistas, queremos ganar todos los partidos con todas nuestras selecciones, sin darnos cuenta que ningún DT, de ninguna parte del mundo, va a resolver este caos que es la estructura del futbol nacional actual.
Brasil era una naciente potencia futbolística de América Latina, de segundo orden, detrás de Argentina y Uruguay, pero con un auge de la industria cafetalera tan grande, que prometió construir “el estadio más grande del mundo” (Maracaná 200 000 espectadores) y que con esa promesa logró fácilmente la sede del primer Mundial de Post Guerra.
No dudé en ningún momento que fuera a ser así, que cuando Rizolli pitara el final de la final del Mundial, Alemania campeón y chau chau …íbamos a voltear nuestros ojos al mundo real.
Le pregunté a la noche por tí y no me daba referencia, le di todas las referencias tuyas por si te encontraba, Al encontrarte solo le dije que te dijera que hay alguien que pregunta por tí que te recuerda a mares y que llora a océanos tu ausencia.
© Daniel Rucks 2025