
Mis sentidos han reclamado esta madrugada,
en el mayor de los silencios,
el susurro de tu voz ..
No, no es que me haya equivocado de refrán, es simple, triste y contundente, en nuestro país el que a hierro mata… cuchillo de palo.
Todos conocemos la historia de Robinson Crusoe (o deberíamos), náufrago por la gracia de una tormenta y rescatado por la gracia de Dios luego de vivir solitario en una isla durante 28 años, 2 meses y 19 días.

De niño nunca fui el más listo de la clase, más bien anduve por el promedio, pero del lado de abajo, me costaba entender cosas … me costaba usar el sentido común.

“Seré curioso, usted es Salvadoreño verdad? ah si ! No, por nada, claro que parece por sus rasgos un buen compatriota, solo le preguntaba por sus actitudes …
Resulta que Alicia, persiguiendo al conejo, cae en un enorme pozo, un pozo, sin fin, no era un pozo mágico no .. era un bache de los que abundan en la Santa Eduviges y todo Soya , y cayó en un charco si … pero no era el charco de sus lágrimas, era el Acelhuate, un hilito de agua contaminada, y no habían conejos con relojes corriendo de un lado a otro, habían chuchos flacos, sin dueño y sin collar … Alicia había caído, no en el País de las Maravillas, sino en el País de las Zancadillas.