La Reina Isabel de Inglaterra (la primera, la “Reina Virgen” que le mientan en los libros de historia) tuvo la suerte de rodearse de exploradores que llenaron al alicaído y primitivo trono inglés una fuente de oro que el Cerro de Potosí (que buscaron como locos españoles y portugueses en América) no les otorgó por llegar tarde …
(Con la ayuda fundamental de la bibliografía de los fulanos que hacen los comerciales de Open English).
No te necesito, no, no te necesito ni siquiera la mitad de lo que tú te imaginas que te necesito.
—Estamos aquí reunidos para celebrar la… nuestro…
—“Cuarto” (susurró el vicepresidente).
—Sí, nuestro cuarto, eso, eh, nuestro cuarto… eh…
En la sala se sintió un silencio incómodo.
Todo esto es parte de un mal sueño, mi actitud a usted le provoca fruncir el ceño, no sabe si llorar o presentar plante risueño …
Eres tu, esa silaba perfecta cuando te acercas.
Rapido llegas a la pentasilaba donde me encantas y me descubres.