Entender la realidad de Luis Ángel Firpo en este primer semestre de 2016, requiere de dos métodos, un método cartográfico o dejarse guiar por el sentimiento …
El problema de los salvadoreños es que pasamos mucho tiempo ocupados haciendo nada, pero tratando de hacer creer a los otros de que estamos extremadamente atareados.
Yo sé. Todos sabemos, que los pescados grandes son otros. Ya sé que son otros los que llenaron de dólares sucios, con las ventas de anfetaminas, los maletines conexión Río, conexión Caracas, los aviones y las cuentas en el exterior.
Habían terminado las celebraciones de las Fiestas titulares de Nuestra Capital en honor al Divino Salvador del Mundo, dos días antes, agosto de 1951, las últimas procesiones características de la época solo dejaban los despojos y residuos de siempre sobre el Parque Bolívar (Barrios).
Lluvia tropical maldita y bendita, según la época y la óptica, palabras esdrújulas con poco en común.
A saber, si llueve lindo y parejo, sin exageraciones, los campos son una fiesta y un espantapájaros para la sequía nuestra de cada día. Si llueve poco y sin ganas es una maldición para la siembra y para el termostato, porque el vapor de agua que se condensa después, vuelve la ciudad irrespirable.