(Con la ayuda fundamental de la bibliografía de los fulanos que hacen los comerciales de Open English).
No te necesito, no, no te necesito ni siquiera la mitad de lo que tú te imaginas que te necesito.
Tu piel y toda la belleza que encierra
duerme desnuda, esta noche
entre las sábanas de mi madriguera.
Eso es compañero ! Deles con todo ! Que es eso de andar destituyendo a la Compañera Dilma solo por algunos milloncitos encubiertos de Petrobrás?
Tuve miedo de que los alienígenas aterrizaran, no lo niego, pero también vergüenza: los dos redondeles estaban sin terminar, y es más, el tráfico entre ambos, insufrible, pero eso pasó a la historia …
“Dios... – me dije – este es el inicio del verdadero infierno.” Noche del 24 de marzo de 1980, cuando por teléfono me comunicaron el asesinato de Monseñor.