Esta es la historia de Luis, un joven de 19 años, recién egresado de la escuela técnica vocacional, opción informática, y con una afinidad insana por los videojuegos, lo que hacía que el contacto humano con el sexo opuesto fuese prácticamente nulo … quitándole el nulo prácticamente.
Al fin y al cabo … los cuentos de hadas son más o menos así, no?
Tenía 21 años de edad, cuando con mi grupo de amigos nos fuimos a pasar unas vacaciones a la playa. Íbamos con el Gordo Chute, Gonzalo y el Fer, en el carro de este último.
Resulta que a la temprana edad de diez años me di cuenta que lo físico no era lo mío… era gordito, usaba lentes, brackets móviles, era pésimo jugando al fútbol y mi papá me peinaba con fleco hacia el costado con vaselina, usaba zapatos ortopédicos y carita de regalón… el combo perfecto del fracaso.
Braulio, músico solitario de bar en bar, veterano, pelo desmadejado, todas las canciones caben en sus acordes y todos los acordes caben en sus dedos …
(Basado en una antigua leyenda de Teotihuacán, sobre el pleito entre el ayotochli y el huexolotl).
De niño nunca fui el más listo de la clase, más bien anduve por el promedio, pero del lado de abajo, me costaba entender cosas … me costaba usar el sentido común.
Mi Sol brilla en el frío, que marca su ausencia , sabe como quemar así de lejos, ante la carencia permanente de su presencia , llenándo de su calidez cada poro de mi piel que lo espera.
Porque somos, hemos sido y seguiremos siendo malinchistas desde el momento que Cristóbal Colón hincó rodilla en tierra americana y empezó a cambiar oro por espejitos, hasta el día de hoy que quienes nos cambian oro por plástico, son las grandes transnacionales financieras mundiales, todas con sus filiales en El Salvador, a menos cabo de los dos últimos bancos (aun salvadoreños) que respiran en medio de esa vorágine.
Le pregunté a la noche por tí y no me daba referencia, le di todas las referencias tuyas por si te encontraba, Al encontrarte solo le dije que te dijera que hay alguien que pregunta por tí que te recuerda a mares y que llora a océanos tu ausencia.