
Hay muchas historias tradicionales del cristianismo (y de la fantasía Hollywoodense) que enlistan miles de mártires, devorados por los leones, usados con antorchas, muriendo en la arena a manos de gladiadores … cristianos.

En el año 221 a. C, China se reunificó, después de dividirse previamente en múltiples reinos beligerantes, bajo el comando de Qin Shi Huang, quien fue el primero en adjudicarse el título de Emperador.

“Murió haciendo señas y nadie lo entendió…”
(Magaldi y Pesce letra del tango “El Penado 14”).
Uno de los empleados del taller, Bermúdez, pidió para irse dos horas antes. Eran las tres y todavía le faltaban por cambiar cuatro bujías.

Tu piel y toda la belleza que encierra
duerme desnuda, esta noche
entre las sábanas de mi madriguera.