
Con motivos de mi conocida arrogancia, prepotencia, alta estima de mí mismo y presto a acercarme a los sesenta años, poseedor de todo el dinero y los recursos que se necesitaban, decidí perpetuarme, darme continuidad inmortal y crear (o sea no crearlo yo, sino que darle a un grupo tecnológico importante y avanzado) la tarea de crear otro yo.

Tengo un gato que asumo como amigo, medio loco,
maullando en mi tejado. Jilgueros y gorriones que me anuncian
el amanecer en fa y si bemol respectivamente, aunque el
gorrión desafina cuando amanece de mal humor…

“Esta historia es real, porque me la he inventado de cabo a rabo”
(Boris Vian)
El juez determinó que yo no era tan peligroso como para permanecer en prisión mientras duraba la investigación sobre el asesinato de Noelia, no me permitieron regresar a mi domicilio, pero me otorgaron un certificado de libertad condicional, a condición de quedar bajo la custodia de mi abogado el doctor Cabral.