No me gusta la nostalgia, a no ser que sea la mía; con la mía me puedo encerrar y vivir y revivir momentos de mi vida, particularmente agradables y torcer otros no tan agradables, para llegar al final que debieron haber tenido y que por supuesto … nunca llegaron a ser. Culpa de lo impuntual que suele ser la repuesta adecuada …
Las oímos “clac, clac, clac” todo el día, en nuestras casas, en la calle, en el súper, la chancleta, calzado popular ideal para climas tórridos nuestros, la que sentimos tan propia y nuestra … no tiene nada que ver en sus orígenes con nuestro suelo Patrio y menos aún con la vecindad.
Querido amo:
Te escribo estas líneas y probablemente te sorprendan, por que como siempre me has subestimado, probablemente nunca pensaste que sería capaz de escribir, y mucho menos de redactarte una carta, pero desgraciadamente ya va siendo el momento de hacerlo.