
Augusto, a gusto en Agosto (que todavía no se llamaba como tal sino Sextil, y de eso se trata esa historia), se regodeaba en su reclinatorio en el Palacio Palatino, refrescándose sus imperiales gónadas con hojas de palma que batían esclavos y esclavas númidas (por las dudas, nunca se supo bien para que lado pateaba el tal Octavio Augusto).

Resulta que un funcionario de Gobierno, específicamente del Minisiterio de Infraestructura, se dio cuenta que al momento de presentar planos, algunos constructores, algunos nada más, muy pocos … no llevaban la cantidad de juegos de copias heliográficas solicitadas, por lo cual se iban, y tenían que regresar a presentar trámites.
Braulio, músico solitario de bar en bar, veterano, pelo desmadejado, todas las canciones caben en sus acordes y todos los acordes caben en sus dedos …
“Es algo así como ver porno japonés
nadie sabe de qué hablan
pero todos saben de qué trata”
(Filósofo Usuluteco anónimo).