
Augusto, a gusto en Agosto (que todavía no se llamaba como tal sino Sextil, y de eso se trata esa historia), se regodeaba en su reclinatorio en el Palacio Palatino, refrescándose sus imperiales gónadas con hojas de palma que batían esclavos y esclavas númidas (por las dudas, nunca se supo bien para que lado pateaba el tal Octavio Augusto).


Hace 45 años todavía estábamos en el siglo pasado. Yo escribía canciones, tocaba en un grupo de Rock, trabajaba medio tiempo en un Blockbuster, todo valía la pena menos nada.

"Por qué hay tantos libros inútiles en sus librerías, bibliotecas ? Libros de auto ayuda, de cómo ser exitoso, en mi país los textos de esas características, en el mejor de los casos, no pasan de dos o tres y no son considerados muy serios"...
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Algunas tienen más de leyenda que de verdad; en otros casos, hay más de verdad, tanto así que parece una leyenda; y en el peor de los casos damos la leyenda por absoluta verdad …
En 1944, el Dictador Maximiliano Hernández Martínez, después de la emancipación de todo el pueblo salvadoreño, con huelgas de brazos caídos, levantamientos públicos, verdaderas manifestaciones populares, entendió, que El Salvador ya no lo quería más como Jefe de Estado, que ya se había cansado del “brujo de las aguas azules”, por lo que después de aferrarse al poder … renunció en un comunicado y se despidió con esta frase …