
Yo soy un amante de la femineidad, o sea, de todos aquellos rasgos, gestos, voces, actitudes, que hagan de la mujer, una mujer…. Esos rasgos están presentes en todas las mujeres, desde la más bella hasta la menos agraciada, y me encantan…como hombre sencillamente me encantan.

No creo en premoniciones ni prestidigitaciones, nigromantes ni necromantes, ni libros de autoayuda, y desde entonces, mucho menos …
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No puedo prometer serte fiel toda la vida – dijo Margarita, mirando la cara de David, con quien se casaría al día siguiente por lo civil y dos días después por la Iglesia.