Era un El Salvador, provincial, rústico, tan solo emergiendo de la barbarie a la civilización, bajo la tutela de la Corona Española, parte de una Capitanía General de Guatemala, chapines que nos llevaban un “hambre terrible” y estaban convencidos de que todos los territorios de la Capitanía les correspondían. Falso.
Aún quedan los muros manchados de siempre y los ecos de las consignas gremiales del 1 de mayo.
La Reina Isabel de Inglaterra (la primera, la “Reina Virgen” que le mientan en los libros de historia) tuvo la suerte de rodearse de exploradores que llenaron al alicaído y primitivo trono inglés una fuente de oro que el Cerro de Potosí (que buscaron como locos españoles y portugueses en América) no les otorgó por llegar tarde …
Te nombro Madre y hablo de amor, pero te nombro Madre Salvadoreña y hablo de innumerables formas de amar, que van más allá del amor infinito de una madre a sus hijos.
Nos han convertido en cosas, sosas, babosas, otrora hermosas; la contrapropuesta del sapo, un trapo, gusarapo, solapo, esparadrapo …
Paradójicamente, el ciclo de dos años exactos de calvario para nuestro querido Club Deportivo Luis Ángel Firpo (grábense bien el nombre …)