Siempre habrá lágrimas abundantes para llorar a nuestros muertos, el olvido no nos permite y Gracias a Dios es así, abandonar a quienes quisimos … aunque no alcancemos jamás a saber donde están sus despojos, donde rezarles al menos.
Esto que llamamos calentamiento global, y que nos tiene la cabeza y “el que te dije” bien tostados, comenzó a expandirse y crecer a fines del siglo XVIII, cuando no bastó la leña para impulsar las máquinas creadas por la Revolución Industrial y fue preciso acudir a la explotación masiva del dañino carbón mineral.
Fue esa época cuando la Sociedad Mundial de las Naciones ya no nos aguantó más, ya nos habían advertido una vez … “si siguen con esas chanchadas, corrupción generalizada, a la papa la papa …, megáfonos, inseguridad, escándalos y cortinas de humo se me van mucho … fuera del planeta”.
Por motivos de mi conocida arrogancia, prepotencia, alta estima de mí mismo y presto a acercarme a los cincuenta años, poseedor de todo el dinero y los recursos que se necesitaban, decidí perpetuarme, darme continuidad inmortal y crear (o sea no crearlo yo, sino que darle a un grupo tecnológico importante y avanzado) la tarea de crear otro yo.
Aunque suene irónico, muchos seres humanos, que proponían o postulaban ideas revolucionarias o radicales para su época, fuesen tipificados como dementes, aunque la misma Historia, posteriormente les haya dado la razón …