No te cambia la personalidad, aunque te cambies la camiseta, calzoneta, silueta, falso profeta, pizpireta, poco de poeta, mucho de coqueta, no te cambia el cerebro aunque te agregues 3 centímetros de nalgas y 2 números de tetas, sos la misma zoqueta, inquieta, que fuiste en los noventa …
O sea, si vos querès saber las cosas tal cual, desde el principio, déjame que te cuente más o menos como fueron los acontecimientos que nos trajeron hasta acá …
Siendo amante como soy, de las Leyes de Murphy, nos encontramos en 1976, a un verdadero discípulo del Gran Maestro: un profesor de historia económica de la Universidad de California, Berkeley, quien publicó un ensayo que describía las leyes fundamentales de una fuerza que percibía como la mayor amenaza existencial de la humanidad: la estupidez.
Una pequeña colección de momentos, que todos hemos pasado, que nos han llenado de vergüenza, puede que alguno te haya pasado … pero te va a pasar ..
A nuestro país, llegan con un “pajeadito” muy particular, muy extranjero con mucha verborrea y muy poca vergüenza, una serie de personajes, expertos en nada y solucionadores de todo (tipo nuestros diputados, pero viniendo de afuera).
Digo yo, y dicen muchos … y si nos tranquilizamos? Si nos ponemos a pensar un segundo, y le hacemos frante a esta pandemia con calma, con Dios en nuestros corazones, con nuestra identidad salvadoreña a flote?
Como personas pasamos en promedio días, meses e inclusive años realizando distintas actividades diarias : comer, dormir, bañarse, sentarse, etc., etc. En promedio cada persona adulta (consideremos los 45 años como promedio) pasa 395 días haciendo o esperando algo en una fila.