Como un día cualquiera
me viste, te ví, me miraste
como un niño mira a su madre
después de una larga espera,
Es algo que venimos repitiendo desde niños, porque a su vez, lo escuchamos de nuestros padres, quienes siendo niños lo escucharon de sus padres, etc. etc. … esta aseveración es más falsa que las lágrimas que derramó aquel primer actor que hoy está asilado en Nicaragua, en El Mozote … do you remember?
Dormime sopa de pitos
dame paja Barajas …
vendeme alharaca “chupuste” de caca
tramate un amaño … cerebro de chupacaños
Tirada en mi cama con una sonrisa
totalmente debilitada por tanto deseo de ti
El día que decidiste marcharte, me reventaste literalmente el corazón, te fuiste con uno de tus acostumbrados vestidos rojos, prometiendo no volver absolutamente nunca mas…
No esquives tu hombría de mi ser
átame despacio a tu silueta,
apriétame con el calor de tus manos como brasas prendidas
Y entraste por residuo, por poquito y muy exiguo, después de un proceso poco confiable pero continuo, no te vayas a volver melifluo, que se te hinchan los oblicuos, mirá que nada es perpetuo … solo sos un diputado.
Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…
Ok, al fin conseguiste trabajo, mañana empezás … que buena onda!! Tu esposa está contenta sobre todo porque ya no te va a tener que financiar las “birras” del fin de semana, va a haber un pistillo extra en casa.
Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos hemos ido “al baño”, incluso cuando “baño” significaba “allí, detrás de un piedra”. Si bien el proceso de evacuación no ha cambiado mucho (todavía cada dos por tres toca ir detrás de una piedra) a lo largo de los años, el proceso inmediatamente posterior (o sea la limpieza del excremento … que bonita palabra para dedicarle a alguien!) sí.